El Legado dejado por Cristo | Una mirada a las MISIONES

Lucas 19.12-13

Lucas 19:11-13

“Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente. Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, PARA RECIBIR UN REINO Y VOLVER. Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: NEGOCIAD ENTRE TANTO QUE VENGO.”

 

El Señor Jesucristo estaba enseñando sobre el Reino Celestial. Su propósito era el dejar claro que mientras Él iría al cielo después de Su muerte, regresaría para reinar en el Milenio y derrotar al anticristo y todo el ejército de aquellos que lo rechazarían. Pero dejó clara especificaciones para sus creyentes mientras Él iba al cielo y volvía: Nos dejó una tarea que cumplir, la Gran Comisión; Nos dejó una institución establecida para cumplir la tarea, la Iglesia de Cristo; y nos dejó el poder para cumplir con esta tarea; el Espíritu Santo.

 

La Gran Comisión, como conocemos al mandamiento que Cristo nos dejó en Mateo 28:16-20, tiene la instrucción dada a cada uno de los creyentes para que participemos en la evangelización global. Somos llamados a contar las buenas nuevas a toda criatura (Marcos 16:15). Pero no solo el de evangelizar, sino también de discipular (Mateo 28:19). Cuando Jesucristo ascendía al cielo dejó esta tarea a sus discípulos, y esa tarea no se ha terminado, porque el Señor aún no ha vuelto (“ Negociad entre tanto que vengo”).

 

La Iglesia de Cristo es la institución dada por Cristo para llevar a cabo esta tarea en forma organizada. Antes de Su partida, Jesucristo dejó establecida Su Iglesia (Mateo 16:18). La Iglesia tiene la autoridad y el reconocimiento de Jesús al ser Él el fundador de la misma. Jesucristo es su Cabeza (Efesios 5:23), y como tal es Él Quien debe guiar las directrices de la misma. Al tener la autoridad de Cristo, la Iglesia no será detenida por ninguna fuerza para cumplir la tarea, pues ni las “puertas del Hades” prevalecerán contra ella. Esta institución ha sido y sigue siendo capacitada por Jesús para que la tarea continúe (Efesios 4:11-16). Dios, por medio de los dones, ha dotado de miembros “particularmente” capacitados para cumplir funciones específicas dentro de la iglesia (1 Corintios 12:27).

 

El Espíritu Santo es la promesa dada por Cristo antes de Su partida (Juan 14:16-17, 26). El papel de la Tercera Persona de la Trinidad es el de capacitarnos con el poder necesario para llevar el evangelio y funcionar como iglesia. Es el Espíritu Santo Quién reparte los dones a cada creyente (1 Corintios 12:11); es el Espíritu Santo el que nos guía y ayuda a entender la voluntad de Dios para cumplir específicamente con la tarea dirigida por Cristo (Juan 16:13-15). Y cosa muy importante, es el Espíritu Santo Quién estará obrando en las vidas de cada no creyente para que se convenza del pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:7-11), sin esta obra fundamental nada de lo que la Iglesia hiciera pudiera cumplirse, ya que el hombre natural no puede entender las cosas de Dios, pues le parecen locura (1 Corintios 2:4-14).

 

Así que Cristo nos ha dejado Su legado, y esta tarea no puede ser descuidada. La iglesia tiene una tarea que cumplir, cada miembro de la iglesia tiene el compromiso de participar juntamente con la iglesia de esta tarea. Dios ya nos ha dotado de la tarea, nos ha dado la institución para cumplir dicha tarea, y nos ha capacitado por medio del Espíritu Santo para hacerlo; entonces: “NEGOCIEMOS ENTRE TANTO QUE NUESTRO SEÑOR VENGA”.

 

Lucas 19:15

“Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, PARA SABER LO QUE HABÍA NEGOCIADO CADA UNO.”

Publicado por Ministerio UMCD | Un Momento Con Dios

Reflexiones Cristianas. Salmos 1:2 "Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche."

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