Génesis 2:22-24
“Y de la Costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto ES AHORA HUESO DE MIS HUESOS Y CARNE DE MI CARNE; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. POR TANTO, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, Y SERÁN UNA SOLA CARNE.”
El agua (del latín aqua) es una sustancia cuya molécula está formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno (H2O). Esta alianza molecular demanda de una unión precisa y única para su existencia. Sin la presencia de una de las partes no puede existir el agua, y no se requiere de otro átomo u otro elemento para que la molécula el agua puede existir. Si el agua llegara a tener la presencia de otro elemento cambiaría su naturaleza.
De la misma manera es el matrimonio. Así como la existencia del agua requiere de la presencia de dos elementos (hidrógeno y oxígeno), la relación del matrimonio requiere precisa y exclusivamente de un hombre y una mujer.
Cuando Dios creó a la mujer de la costilla del hombre (v.22), estaba mostrando este propósito de NECESIDAD, EXCLUSIVIDAD e INDEPENDENCIA en la pareja. Es por ello que el versículo 24 inicia con la expresión “POR TANTO”; la Biblia dando una explicación previa nos introduce una verdad divina.
La pareja ha sido creada para formar una relación que sólo NECESITA de un hombre y una mujer. La pareja fue creada para vivir EXCLUSIVAMENTE entre solo dos seres (hombre y mujer). Y también fue creada para que viva en INDEPENDENCIA de otras personas, incluyendo los padres (“…dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer”).
Esta verdad viene plasmada de la formación de la mujer.
Su unión llegaría a ser tan estrecha que no sería posible separarla. Es necesaria, porque sin la presencia de uno no existiría la relación. Es exclusiva, porque la presencia de una tercera persona la afectaría. Es independiente, para que pueda actuar con libertad propia y tomar sus propias decisiones sin la intervención autoritativa de otra persona; excepto obviamente, la autoridad y guía de Dios.
H2 + O = AGUA
HOMBRE + MUJER = UNA SOLA CARNE
Marcos 10:8-9.
“… así que no son ya más dos, SINO UNO. Por tanto, LO QUE DIOS JUNTÓ, no lo separe el hombre.”