1 Juan 5:14, 15
“Y esta es la confianza que tenemos en él, que SI PEDIMOS alguna cosa CONFORME A SU VOLUNTAD, ÉL NOS OYE. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que TENEMOS LAS PETICIONES QUE LE HAYAMOS HECHO.”
Un día estaba recordando a un grupo de amigos que no veo frecuentemente, pero que los recuerdo con mucho cariño. Mientras pensaba en ellos vino a mi mente su necesidad de escuchar del evangelio y cuan necesario era que alguien pudiera hablar con ellos de Cristo. En ese mismo instante le pedía Dios que obrara en ellos, pedía para que el Señor pudiera enviar a alguien a sus vidas que pueda presentarles el plan de salvación para que ellos abrieran su corazón a Cristo.
Mientras oraba, vino a mi corazón un sentimiento de paz, de alguna manera entendía que Dios había escuchado mi oración y que obraría en favor de la petición.
Lo sorprendente fue la oportunidad que Dios puso días después en mi vida. De forma inesperada pude comunicarme con uno de ellos. Después del saludo de rutina y las preguntas mutuas de bienestar de cada uno se dio la oportunidad de hablar del Señor. Fue el momento cuando Dios obró y después de una muy interesante conversación aceptó a Cristo como su Salvador. “¡Gloria a Dios por su vida!” dije en mi corazón.
Después de terminada la conversación, volví a orar por la persona que recibió a Cristo, fue ahí cuando vino a mi mente el pasaje de 1 Juan 5:14-15, pude entender de mano propia el significado: “Si pido algo que sea la voluntad de Dios, Él obrará”.
Pedir conforme a Su voluntad es la clave a la respuesta de Dios. Muchas de nuestras peticiones no son hechas de acuerdo a Su voluntad, son egocentristas o pecaminosas. Santiago nos dice que no recibiremos las peticiones que están mal hechas, porque son peticiones para nuestros “deleites” (Santiago 4:3).
Otras peticiones no serán respondidas favorablemente porque no están dentro del plan de Dios para nosotros. Pablo pedía a Dios que le ayudara con una aflicción (un “aguijón en su carne”), y la respuesta de Dios fue que debía aprender a vivir con ella, que no le sanaría (2 Corintios 12:7-9).
Habrá momentos en los que nuestras peticiones parecerían que no son escuchadas por que no son respondidas inmediatamente. Job pedía a Dios que le explicara la razón de su prueba, pero Dios demoró en contestarle, el Señor quería moldear a Job en medio de la espera a la respuesta a pesar de la necesidad de una solución.
Dios siempre responderá nuestras oraciones favorablemente cuando estén de acuerdo a Su voluntad. La oración mueve el poder de Dios, pero solo si esa petición va a bendecir nuestra vida. Una vez que tengamos la respuesta favorable de Su parte, recordemos que lo que nos llega es una respuesta buena y perfecta, pues viene del “Padre de las luces”.
«Gracias Señor por ‘oír’ nuestras peticiones»
Santiago 1:17
“TODA BUENA DÁDIVA Y TODO DON PERFECTO desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.