Una condicionante absoluta | VIDA CRISTIANA

Juan 3.3

Juan 3:3-5

“Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que EL QUE NO NACIERE DE NUEVO, NO PUEDE VER EL REINO DE DIOS. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que EL QUE NO NACIERE DE AGUA Y DEL ESPÍRITU, NO PUEDE ENTRAR en el reino de Dios.”

 

En octubre del 2009 se dio un hecho sin precedente en el sistema de seguridad de los Estados Unidos. Michaele y Tareq Salahi consiguieron entrar a la cena que el presidente Barack Obama organizó para el primer ministro indio, Manmohan Singh. Esta pareja de una manera muy ingeniosa logró burlar los sistemas de seguridad y se infiltraron tan bien en el evento que inclusive llegaron a tomarse una foto con el vicepresidente Joe Biden, misma que la publicaron en las redes sociales. Este curioso, pero riesgoso evento, dejó de manifiesto debilidades en el sistema de seguridad de uno de los países más resguardados del planeta.

Aunque las seguridades puedan ser burladas en la tierra, hay un “sistema de seguridad” que de seguro no será burlado, la entrada el Reino de Dios.

El deseo de muchos es el poder ir al cielo después de la muerte, anhelamos estar presentes en la presencia de Dios. Muchos hacen sus mejores esfuerzos para asegurarse esa entrada tan deseada, y así evitar pagar la condena en el infierno.

Habrá quienes dirán que sus posibilidades para ir al cielo están en las cosas que hacen para agradar a Dios, como: Ir a la iglesia, ayudar al prójimo, leer la Biblia, ser bautizados, pertenecer a cierta religión o denominación, etc. Otros dirán que sus posibilidades de ir al ciento están en su creencia de la existencia de Dios; otros dirán que no son personas malas, pues no hacen daño a nadie. Todas estas respuestas aparentemente justificables no le aseguran a nadie la posibilidad de ir al cielo.

Jesucristo lo dijo muy claro: “… el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”.

No importa cuán buena persona se crea usted, no importa que tan religiosos seamos, no importa cuán bondadosos seamos con el prójimo, la verdad es que nadie puede ir al cielo por sus propios méritos, porque nuestro pecado ya nos destituyó eternamente del Reino de Dios (Romanos 3:23). Nacemos en estado pecaminoso y desde que nacimos hemos pecado, no hay nada que podamos hacer para evitar esto. Esta condición pecaminosa es una condición de muerte espiritual (Efesios 2:1-2; Romanos 5:12).

Para ir al cielo Jesucristo le dijo a Nicodemo que debe nacer de nuevo. No es un nacimiento físico, sino espiritual. Juan 1:12 y 13 nos dice que las personas que llegan a CREER y RECIBIR a Jesucristo como su salvador personal tienen la DERECHO de ser hechos hijos de Dios. Efesios 2:4-9 nos enseña que Dios en Su misericordia y por medio de Su gracia nos hace nacer de nuevo por la FE en Jesucristo. Es el Espíritu Santo quien en el momento que recibimos por Fe a Jesucristo como nuestro Salvador nos REGENERA a una condición hasta entonces no presente en nosotros, la naturaleza espiritual, necesaria para ir al cielo (Tito 3:5). Es obvio entonces que sin dicho nuevo nacimiento, nadie puede ver el Reino de Dios.

Jesucristo murió por nuestros pecados, para que por la fe en Su obra redentora nosotros podamos ser perdonados, pero es nuestra fe en Cristo lo que nos permite hacer nacer de nuevo. Sus buenas obras son buenas, pero nunca suficientes para que sea regenerado espiritualmente. Entonces vale aquí la pregunta: ¿Y usted, ya ha nacido de Nuevo?

«Gracias Señor Jesucristo, porque solo por mi fe en Ti y en Tu obra redentora me da el privilegio de nacer de nuevo»

 

Efesios 2:4-6

“Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun ESTANDO NOSOTROS MUERTOS EN PECADOS, NOS DIO VIDA JUNTAMENTE CON CRISTO (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.”

Publicado por Ministerio UMCD | Un Momento Con Dios

Reflexiones Cristianas. Salmos 1:2 "Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche."

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