Serie: ¡Entre el sí y el no!
Cuando estamos en un noviazgo o en una relación con otra persona queremos mostrarle lo mejor de nosotros y ocultamos nuestros puntos débiles o las áreas con las que batallamos, esto nos lleva a ocultar lo malo en mí y a mostrar solo lo bueno a la otra persona. Esto a la larga va a generar problemas ya que al casarse y convivir todo el tiempo se darán cuenta de que la persona que aparentaba ser buena también tiene días malos y mal humor o expresiones que no conocimos en el tiempo de noviazgo.
Es por eso que el principio de hoy lo encontramos en Proverbios 27:17 leamos:

El escritor de proverbios usa el ejemplo de que para afilar un metal necesitas otro metal y esto lo contrasta con el ser humano que llega a conocerse mejor cuando esta con otra persona, es ahí donde tienes la oportunidad para cambiar lo que está mal en ti.
Muchas veces ante nuestros propios ojos no tenemos malos hábitos ni malas prácticas que nos dañan, pero a los ojos de otras personas mis hábitos, acciones o expresiones pueden resultar ofensivas y hasta dañinas. Es ahí cuando entendemos que en el noviazgo es el tiempo perfecto para empezar a tratar tus puntos débiles como tu carácter, tus costumbres para que al llegar al matrimonio eso ya no cause problemas y dañe su relación matrimonial.
He ahí la importancia de ser honesto primeramente contigo mismo, pero también con tu pareja, si estás pensando en algo a futuro con tu pareja empieza a mostrarte tal y como eres ahora. No le vendas una imagen de lo que en realidad no eres, muéstrale lo que eres y pídele primeramente a Dios pero también a tu pareja que te ayuden a tratar con esos temas que te hacen sentir inseguro o insegura.
Recuerda, el noviazgo es el mejor tiempo para, en dependencia de Dios, puedas tratar tus áreas débiles y así ser mejor para tu pareja. Aprende de tu pareja y deja que ella te enseñe.
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