Todo esto tenía que darse para que Jesús sea llevado a la cruz. Nunca encontrarían alguna razón legalmente justa para condenarlo a muerte, pues Él nunca pecó ni engañó. Siendo Justo, fue declarado blasfemo para poder cumplir con su cometido de matarlo. Este hecho sin precedente, porque estaban juzgando terrenal y pecaminosamente al mismo Señor, sería permitido por Dios para que Cristo sea condenado, y así llegar a morir por nosotros en la cruz.
