Mateo 11:28-30
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y HALLARÉIS DESCANSO PARA VUESTRAS ALMAS; PORQUE MI YUGO ES FÁCIL, Y LIGERA MI CARGA.”
El edificio de la iglesia en donde estoy sirviendo tiene 2 pisos y varias veces nos ha tocado cargar cosas pesadas a través de las escaleras. Cuando llega ese momento de esfuerzo mi esperanza está en un hermano que es más grande y fuerte que yo y quien puede llevar la gran carga con tranquilidad. Yo le doy gracias a Dios por la presencia de ese hermano que siempre se ofrece para estar en la parte de abajo al momento de pasar esas escaleras, ya que es ahí donde el mayor peso recae por la gravedad, haciendo que mi participación momentánea en la parte superior sea más ligera, él carga con el mayor peso.
Varias veces he tenido que estar yo en la parte inferior, y es ahí donde esté proceso se hace más tedioso, puesto que no soy tan fuerte como él, y nos toca detenernos en medio de las escaleras para descansar. Yo prefiero que él lleve la carga, y lo hace con mucho agrado.
En nuestra salvación pasa algo parecido. Jesús en este pasaje nos dice que la salvación no es una tarea fácil, que nos cansamos queriendo llevar la salvación sobre nuestros hombros. Creemos que somos nosotros quienes debemos encargarnos de nuestra salvación.
Una enseñanza equivocada dice que es uno mismo quien debe conseguir su propia salvación bajo «buenas obras», y que depende de cada persona el conseguirla por lo bueno o malo que ha sido.
Otra enseñanza errada nos dice que la salvación es algo que la recibimos en un momento de fe en Cristo, pero que dependerá de nosotros llevarla hasta el final “cuidándola” con nuestra fidelidad y obediencia a Dios.
Ambas enseñanzas nos dicen que somos nosotros quienes debemos participar de alguna forma para lograr nuestra salvación. Yo lo intenté por varios años, y déjeme decirle que muchas veces me cansé, porque siendo pecador y débil nunca lo pude lograr, ni lo hubiera podido… Ni nadie lo podrá.
Jesucristo nos hace una invitación para que le dejemos a Él llevar nuestra carga y dar descanso a nuestra alma. No hay ser humano que pueda lograr su propia salvación, ni tampoco cuidarla. Gracias a Dios que tenemos a un Salvador que tiene el poder para llevarlo por nosotros, y por cierto ya lo logró… Él ya lo hizo al morir por usted y por mí en la cruz.
¿Por qué no acepta Su invitación a dejar que Él lleve la carga por usted? Jesús ya murió por nuestro pecado, Él ya cargó nuestra cruz, lo único que debe hacerlo es creerlo y descansar en Quien tiene el poder. Reconozca que no puede hacerlo por usted mismo y mire en Cristo como su esperanza. El cielo fue ganado por Cristo en la cruz, lo que debemos hacer es creerlo y hallaremos descanso.
¿Quién está llevando la carga de su salvación?
Gálatas 2:16
“Sabiendo que EL HOMBRE NO ES JUSTIFICADO POR LAS OBRAS DE LA LEY, SINO POR LA FE DE JESUCRISTO, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, POR CUANTO POR LAS OBRAS DE LA LEY NADIE SERÁ JUSTIFICADO.”
Bien, amen; )
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