Éxodo 2:10 NVI
“Ya crecido el niño, se lo llevó a la hija del faraón, y ella lo adoptó como hijo suyo; además, le puso por nombre Moisés, pues dijo: «¡Yo lo saqué del río!»”
Recientemente una familia presentó en las redes sociales a un precioso bebé, mismo que fue adoptado mediante un proceso legal en la corte. Los padres emocionados publicaron sus fotos para manifestar su gran emoción por la llegada oficial a la familia de un niño que por varios meses pasó bajo sus cuidados. Esta familia había cuidado de él desde los primeros momentos a causa de que sus progenitores no pudieron cuidarlo.
De acuerdo a la UNICEF existen 140 millones de niños que son huérfanos (1 de cada 14 niños en el mundo). Los datos varían cuando, siendo huérfanos, están bajo el cuidado de uno solo de sus padres o bajo el cuidado de un pariente (abuelo, tío, primo, etc.). Cerca de 18 millones de niños han perdido a ambos padres.
Para la vida de todos estos niños el desarrollo de su niñez y su juventud enfrenta serios desafíos. Muchos de los niños son llevados a orfelinatos y llegan a crecer en un sentimiento de abandono, en donde la única familia que conocen son los otros niños que están con ellos en el mismo centro, a más de las personas que le brindan cuidado. No todos los niños llegan a ser adoptados, y algunos llegan a ser jóvenes y obtener la mayoría de edad en estos centros de cuidado.
Pero otros niños en cambio son vendidos y explotados en el tráfico ilegal e inhumano de menores de edad. La gran mayoría de ellos llegan a ser esclavos en tareas laborales sumamente lamentables, mientras que muchas de las niñas son explotadas sexualmente. El cuadro es desalentador para muchos que no viven dentro de una familia estable que los ame, proteja, eduque y alimente.
Una valiosa y loable idea es la adopción. Muchas parejas, por diferentes factores, no podrán tener hijos por sí mismos, y es una gran opción que piensen en la adopción. No solamente llenaran ese vacío que la falta de un hijo deja en el hogar, sino que brindaran una gran oportunidad a aquellos, que, por razones ajenos a ellos mismos, no tienen la posibilidad de crecer en un seno familiar lleno de amor y protección.
Tampoco es necesario ser una pareja sin hijos para pensar en una adopción. Otra pareja recientemente adoptó a dos preciosos hermanos gemelos que pasaron bajo su cuidado a causa de que sus padres ya no pudieron cuidar de ellos. Para quienes tengan posibilidades, y desean ayudar a estos preciosos niños, el poder adoptar a un hijo es una valiosa idea que beneficiará a quienes, por cuestiones de la vida, necesitarán de una familia. Si se tiene las posibilidades, piense en la preciosa oportunidad de adoptar a un niño, seguro que no se arrepentirá.
Para quienes hemos sido salvados de la condenación del pecado y librados de su esclavitud, Dios nos ha adoptado como sus hijos, TODOS llegamos a ser hijos adoptivos de Dios por medio de la fe en Jesús. (Juan 1:12)
Gálatas 4:3-7
“Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo. Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.”