Proverbios 20:5
“Como aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre; Mas el hombre entendido lo alcanzará.”
En promedio, la profundidad del mar llega a unos 3.000 metros, teniendo algunos lugares donde llega a superar los 6.000 metros y más. Al sur de la isla de Guam, en el Océano Pacífico, existe una parte muy profunda, misma que se conoce como el “Challlenger Deep” y que se ubica en el extremo sur de la Fosa de las Marianas.
Este Challenger Deep tiene aproximadamente 10.994 metros de profundidad. Esta fosa supera en cerca de 2 kilómetros a la altura de las montañas más altas del mundo, si lo ubicáramos al lado de ellas. Algunos han estimado que la presión que se alcanza en la parte más profunda de ella es de 15 mil libras por pulgada cuadrada. Se estima que a los 3.000 metros de profundidad ya no existe rastros de la luz solar, por lo que se estima que no exista vida en la Fosa de las Marianas, misma que alcanza un ancho de un poco más de 2 kilómetros.
Para llegar a estos lugares profundos del mar se requiere equipo especializado que permita a aparatos de sondeo estimar las características de dichas profundidades.
Cuando hablamos de consejos, la complejidad de varios factores que acompañan algunos consejos dados por personas llegan a afectar la posibilidad de su entendimiento y correcta aplicación en nuestras vidas. Los hombres muchas veces tratamos de asimilar varios consejos que nos pudieran dar y que podrían favorecer de alguna manera las decisiones que se deban tomar. Pero existen varios factores que podrían ocasionar que esos consejos no puedan ser tan favorable.
La perspectiva humana está afectada por factores intrínsecos y extrínsecos que pueden dar un sentido no apropiado a cada palabra o concepto que podamos tener o dar. El pecado que mora en cada persona, acompañado con una perspectiva de una sociedad en pecado pueden influenciar estos concejos en forma negativa. A veces un buen intencionado corazón puede estar afectado por el desconocimiento completo de ciertos factores que podrían cambiar el rumbo de una idea. Otras veces, lo complejo de la situación hace que los consejos no “aparezcan” ya que no se puede encontrar una solución al problema. Toda esta complejidad podría hacer que un consejo no pueda ser dado o recibido debidamente.
Por otro lado, no todas las personas tienen la misma capacidad de entendimiento y análisis. Un consejo puede ser dado de tal manera que la persona que escucha no llega a razonar apropiadamente lo que recibe y ello afectará también la forma como la persona recibe tal recomendación.
Así como la profundidad del mar es difícil de alcanzar, un buen consejo muchas veces es difícil de conseguir. Una persona sabia o entendida puede llegar a encontrar un buen consejo que pueda brindar la ayuda que se necesita dar. Al mismo tiempo, esa sabia persona puede llegar a comprender las motivaciones y efectividad de un consejo recibido.
De la misma manera, para el entendido, la comprensión adecuada de la Palabra de Dios puede ser lograda con un análisis adecuado. La gran ventaja que tiene el hombre al leer la Biblia es la guía que recibe por parte del Espíritu Santo para poder comprender lo que Dios nos dice. Nuestra dependencia del Consolador es vital para nuestro entendimiento, y la meditación de Ella es necesaria para llegar a sacar el máximo provecho a la lectura de las Santas Escrituras (1 Corintios 2:11-16).
¿Quiere ser sabio y entendido? Lea la Biblia, aprenda de ella, dependa del Espíritu Santo; y verá como su entendimiento crece, su capacidad analítica aumentará, y las posibilidades de comprender o dar buenos consejos humanos se incrementará tanto que podrá alcanzar las profundidades de las intenciones del corazón y la mente humana.
«Dios, gracias por el Espíritu Santo y tu Santa Palabra, ellos me ayudan a crecer en el entendimiento de la vida»
Daniel 1:17
“A estos cuatro muchachos Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños.”