Efesios 1:3-7 y 11
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, […] En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad.”
Si le gusta las películas de ciencia ficción, se dará cuenta que varias de ellas vienen cargadas de una imaginación incalculable. Escenarios, eventos, personajes, vestuarios, maquillajes, etc.; tanta creatividad que le puede dejar con la boca abierta ante la impresión de tantas cosas no antes vistas, y que, con la ayuda de la computadora e imaginación de los creadores, nos llevan a un mundo imaginario totalmente desconocido hasta ese momento. Todo lo que se puede ver en tales películas dejan una sensación de fascinación por lo que era desconocido, y ahora, llenan nuestras retinas.
Pero nada de eso se puede comparar con lo que Dios tiene preparado para los que le aman (1 Corintios 2:9). El mismo Dios nos escogió “antes de la fundación del mundo” para cumplir con Sus propósitos (Efesios 1:4, 11). Dios, nos predestinó “según el designio de su voluntad” para cumplir con los planes que Él mismo preparó.
Saber que Dios me creó, me bendijo con “toda bendición espiritual”, me apartó, me adoptó, me redimió, me perdonó “para alabanza de la gloria de su gracia” según “el puro afecto de su voluntad” llena mi vida de INIMAGINABLE SIGNIFICADO (Efesios 1:3-7).
Que todo esté bajo Su voluntad me da confianza porque estoy seguro que Él cumplirá lo que desee hacer en mí, y cumplirá con las promesas que me ha dado y me seguirá dando.
Que todo esté bajo Su voluntad me da esperanza porque no tengo que preocuparme por lo que pueda enfrentar, pues Dios lo ha permitido y permitirá para cumplir con Sus propósitos en mí y a través de mí.
Que todo esté bajo Su voluntad me da propósito porque sé que Dios me apartó para Sí mismo, soy adoptado y santificado. Ahora en Sus manos soy redimido y útil para toda buena obra (Efesios 2:10).
Que todo esté bajo Su voluntad me da dirección porque de aquí en adelante tengo rumbo fijo, para ir y llevar fruto a la eternidad y llegar a ser a la imagen de Su Hijo Amado.
Que todo esté bajo Su voluntad me da expectativa porque lo que está por venir es superior a lo que hasta ahora viví, y que lo que viene siempre será difícil de imaginar.
Como diría un pastor amigo mío, si esto no me hace emocionar tanto como para lanzar el sombrero al aire y gritar ¡Aleluya!, entonces debo ser que estoy espiritualmente muerto.
«Gracias Dios por tus propósitos, ayúdame a vivir y disfrutar cada uno de los maravillosos detalles de Tu grandioso plan que tienes para mí»
1 Corintios 2:9
“Antes bien, como está escrito:
Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
Ni han subido en corazón de hombre,
Son las que Dios ha preparado para los que le aman.”