Las intervenciones “fuera de tiempo” de Dios
Eclesiastés 3:1, 9-11
“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. […] ¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana? Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él. Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.”
Mientras me levantaba en la mañana me ponía a pensar en el escrito que tenía que realizar y que no lo había hecho aún. Normalmente durante el día anterior a la publicación Dios pone en mi mente algún versículo o pasaje para meditar en él y reflexionar, pero esta vez nada estaba ahí. Pero mientras me levantaba cansado de una larga jornada de trabajo del día anterior me preguntaba el ¿por qué Dios no me había conducido hacia alguna enseñanza aún?
A pesar de mi inquietud, la paz gobernaba mi mente y mi corazón. De repente recibí un mensaje de texto de una amiga, el mismo que hablaba de una conversación ficticia entre un hombre y Dios. En esa ‘conversación’ el hombre le pide a Dios que le explique las razones porqué ese día todo había salido diferente, entre eso le pregunta sobre las cosas en su tiempo. No pudo llegar a tiempo al trabajo, no pudo encender su auto a tiempo, no pudo hacer varias cosas y Dios le explica las razones, usando las tardanzas y complicaciones el Señor le permitió al hombre obtener un día bajo la protección de Dios y con sus bendiciones. Y aunque fue ficticio, me hizo reflexionar, el Señor quería enseñarme sobre sus intervenciones “fuera de tiempo”.
Alguna vez usted se ha sentido como que las cosas no cuadran en su tiempo y que las cosas van fuera de horario. Esos momentos cuando creemos que Dios no está haciendo algo y se pregunta que habrá pasado por el retraso o por la falta de resultados dentro de nuestro tiempo. Pues Dios nunca se equivoca, nunca llega tarde, nunca deja de hacer algo. Dios es puntual, nunca comente errores y siempre es soberano en todo. Para mí, esta enseñanza me llevó a reflexionar en esto.
No fue tarde o que Dios no iba a obrar, el Señor quería enseñarme que Su tiempo es “hermoso” y que todo lo que Dios tiene para hacer tiene Su hora, no la mía. Aprendí que mientras esperaba pacientemente tenía que aprender a confiar en Él y no dejarme llevar por el afán de escribir. Dios sabía lo que necesitaba, y tenía que usar esta “intervención fuera de mi tiempo” para enseñarme que las cosas son bajo Su control absoluto, incluyendo el tiempo.
Hoy, antes de escribir esta reflexión también leí algo publicado por el Dr. David Jeremiah que decía: “Algunas lecciones se pueden aprender solo en el fracaso, y ningún día es perdido si se aprende una lección”; pues yo quiero decirle que hay lecciones que solamente se aprenden en el “retraso”, y si aprendemos a encontrar la lección de ese retraso entenderemos que Dios siempre está a tiempo, siempre hace todo correcto, y siempre tiene todo bajo Su poderoso control.
«Querido Padre en el Cielo, gracias por Tu soberanía, por Tu fidelidad, por Tu hermoso tiempo»
1 Crónicas 29:12
“Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo…”
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