Romanos 12:12
“GOZOSOS en la esperanza; SUFRIDOS en la tribulación; CONSTANTES EN la ORACIÓN.”
Varias son las características que debe poseer un creyente, y el Libro de Romanos menciona algunas de ellas en su capítulo 12: El compromiso del creyente a seguir al Señor (v. 1-2); la humildad (v. 3-5); algunos dones espirituales y su manera de usarlos (v. 6-8); el amor sincero y puro que debe existir en cada uno (v. 9-10); nuestro servicio al Señor (v. 11), y la comunión entre los creyentes (v. 13-21). Curiosamente las divisiones dadas por la numeración de los versículos (y que por cierto no son de inspiración divina, sino hecha por el hombre años atrás para facilitar la lectura) enmarcan en el versículo 12 tres características buenas del creyente: El gozo, la voluntad a sufrir, y la vida de oración.
Este pasaje no nos está enseñando sobre las pruebas, pero estas tres características del creyente son vitales, y podrían ser puestas en un cuadro que diga: «Mientras pasa la tormenta le aconsejamos: “Viva con gozo, sufra pacientemente, y permanezca en oración”»
El gozo es la capacidad de enfrentar con positivismo y buena actitud una circunstancia negativa. Difiere de la felicidad o la alegría porque no depende de las circunstancias para que esté presente. El gozo viene de la confianza en Dios. El conocimiento y la seguridad de que Dios está en control de cualquier circunstancia a nuestro alrededor nos llena de este sentimiento. El gozo no es una emoción que sale de la nada, es producto que se obtiene por fe en la existencia de Dios, Su Soberanía y Providencia en nuestra vida. Nos dice el versículo que debemos estar “gozosos en la esperanza”, ya que nuestra esperanza descansa en Dios, y solamente en Él. Dios sabe los tiempos, los medios, y las razones de cada prueba.
La palabra sufrido significa quedarse debajo algo sin abandonarlo a pesar de la presión; perseverar. Obviamente el querer salir pronto de una prueba es el común denominador del ser humano, el deseo de hallar la forma de terminar con el dolor es su anhelo. Debemos aprender a esperar con paciencia mientras la tribulación afecta nuestra vida. El propósito de una prueba es desarrollar paciencia (Santiago 1:3). Entre más perseveramos, más paciente somos. Las pruebas moldean nuestro carácter a la imagen de Cristo. Además, las pruebas fortalecen o “purifican” nuestra fe (1 Pedro 1:6-7).
Por último, la oración es el medio por el cual llevamos nuestro dolor a los pies de Cristo. Nuestro sufrimiento, nuestra aflicción, nuestra angustia son cargas pesadas en nuestras vidas, y a través de la oración, tomamos esta carga y la entregamos a Dios, para que Él nos llene de Su paz (Filipenses 4:7), tome nuestra carga (Mateo 11:28), y nos consuele por medio del Espíritu Santo (Juan 14:26-27).
Si está enfrentando alguna prueba, mantenga el gozo confiando en Dios, persevere hasta el final a pesar del dolor, y pida a Dios en oración para que Él lo ayude con consuelo y paz en medio de la tormenta.
Salmos 57:1
“Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; porque EN TI HA CONFIADO MI ALMA, y en la sombra de tus alas ME AMPARARÉ HASTA QUE PASEN LOS QUEBRANTOS.”
Muchas bendiciones mis amados, es de mucha bendición todo este material, Dios les siga bendiciendo en los más grande
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Muchas gracias por sus bendiciones… De la misma manera, que Dios lo bendiga!!!
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