Isaías 29:13
“Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, PERO SU CORAZÓN ESTÁ LEJOS DE MÍ, Y SU TEMOR DE MÍ NO ES MÁS QUE UN MANDAMIENTO DE HOMBRES que les ha sido enseñado.”
Religión es el conjunto de creencias, normas morales de comportamiento social e individual y ceremonias de oración o sacrificio que relacionan al ser humano con la divinidad (Diccionario de la Lengua Española Vox). Lockward nos dice que “esta palabra (religión) no aparece en el Antiguo Testamento. En el Nuevo Testamento, el vocablo griego ‘threskeia’ (“θρησκεία” G2356)”, del cual traducimos la palabra religión, “se usaba para señalar AL CONJUNTO DE RITOS Y SIGNOS EXTERNOS de un culto o creencia.”
En la Biblia se encuentra solamente 4 veces esta palabra, y Pablo la utiliza en Hechos 26:5 para mencionar que su experiencia pasada, antes de conocer al Señor Jesucristo (Hechos 9), no fue nada más que una religión rigurosa, pero que no le acercaba a una relación con Dios.
Dios no desea una religión, Él busca una relación. En Isaías 29:13 Dios reclama la manera como el hombre se acercaba “religiosamente”. El pueblo llevaba sus ofrendas al altar, sacrificaban los animales, cantaban salmos, e inclusive expresaban frases de alabanzas; y todo aparentemente correcto; pero su problema era que los ritos que hacían estaban acompañados de un corazón frío y vacío, sin amor, sin relación.
La relación es necesaria para que el hombre pueda compartir con Dios, pero el hombre por su pecado perdió esa relación. A causa de su pecado está separado espiritualmente de Dios (Isaías 59:2), y por esta separación, el hombre no puede acercarse a Él. Cuando muera el hombre, a causa de esta separación, pasará la eternidad apartado del Creador en el infierno (Romanos 3:23). Pero Dios, en Su amor, ha enviado a su Hijo para reconciliar al hombre con Él, y así, restablecer esa relación (2 Corintios 5:18). Es solamente por medio de Cristo que podemos acercarnos a Dios (Juan 14:6; Hebreos 10:19-22). Al conocer del amor de Dios por medio de la obra de Cristo el hombre puede llegar a amarlo (1 Juan 4:8-10), y será solo ahí donde la manifestación del amor del hombre se traducirá en obediencia (Juan 14:15, 21). Eso es tener una relación.
Juan 17:24-26
“Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Y LES HE DADO A CONOCER TU NOMBRE, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.”
¿Tiene usted una religión o tiene una relación? Solamente a través de Cristo usted inicia esta relación. Jesús quieren que usted llegue a conocer al Padre, y así restablecer esa relación, otorgándole vida eterna.
Juan 17:3
“Y ESTA ES LA VIDA ETERNA: QUE TE CONOZCAN A TI, EL ÚNICO DIOS VERDADERO, Y A JESUCRISTO, a quien has enviado.”
«Padre, gracias por enviar a Jesús para reconciliarme contigo, para darme vida eternal»