Proverbios 13:10 LBLA
“POR LA SOBERBIA SÓLO VIENE LA CONTIENDA, mas con los que reciben consejos está la sabiduría.”
La palabra soberbia puede ser traducida como arrogancia, presunción. Es un deseo y pretensión de superioridad sobre los demás, junto con un rechazo de sometimiento a Dios; pretensión de autosuficiencia y autoexaltación (Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado).
En la familia la soberbia puede afectar las relaciones; esposos, padres, hijos y hermanos seremos afectados por este pecado que genera desprecio, terquedad y rebeldía.
Cuando uno de los miembros de la familia cree que está sobre otros le llevará a menospreciar a los demás. Mis decisiones y atenciones se basarán en intereses personales y no colectivos. No podré valorar a quienes me rodean, sino a mí mismo. Los otros, al ser afectados por tal ego podrán reaccionar con descontento en vista que sus propios intereses serán menospreciados. La persona menospreciada llega a considerarse no amada o valorada, lo que le crea malestar.
También la persona soberbia puede hacerse terca. Si yo creo que soy más importante que cualquier otra persona en mi familia, entonces lo que yo piense o desee será la “norma” a seguir en casa, porque así lo creo conveniente. La soberbia no dará espacio a opiniones contrarias porque la razón estará en mí, y no en los otros. Quien opine diferente querrá también hacer valer su opinión, y ahí las fricciones se darán destruyendo la armonía.
Además, la soberbia lleva a la persona a revelarse. Si la autoridad está otorgada a mi esposo, a mis padres o a mi hermano mayor, yo no aceptaré lo que ellos me digan, ya que soy yo quien sabe o entiende lo que es mejor. Mi parecer me motivará a conseguirlo aún en contra de quien esté de líder. Si la otra persona no consiente favorablemente lo que yo he decidido, entonces tendré que hacerlo en contra de la autoridad, y pelearé o saltaré sobre quien sea para conseguir mis metas.
Como vemos, la soberbia genera desprecio, terquedad y rebeldía; por lo que creará conflicto en mi matrimonio y hogar. Buddy Robinson dijo que el ‘orgullo es la única enfermedad conocida en la humanidad que enferma a todos excepto al que la padece.’ Todos están mal, menos yo.
El humilde pone al otro en primer lugar, el aprecio exalta a la otra persona generando el deseo de complacer a quien está a mi lado y no al ‘yo’. El humilde escucha las opiniones de los demás miembros de la familia porque considera que la otra persona puede tener una mejor apreciación. El humilde es sometido, ya que acepta con sencillez la autoridad otorgada a quien es el líder en su vida.
“Por la soberbia sólo viene la contienda”, pero por la humildad solo viene la paz, la armonía, la aceptación, la obediencia. Sobre todo, si usted es soberbio, mantiene un conflicto constante con Dios (Salmos 138:6)
«Señor, ayúdame a ser humilde y a desechar la soberbia que crea roces en mi hogar»
Salmos 138:6
“Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, MAS AL ALTIVO MIRA DE LEJOS.”
«Someteos los unos a los otros en el temor de Dios.»
(Efesios 5:21)
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