Romanos 16:17-20
“Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos. Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos. Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal. Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.”
Imagine que desea llegar a un lugar geográfico específico pero que no conoce el destino ni existe alguna señalización para llegar al destino. Antes de salir a esta aventura pregunta cómo llegar y le dan la información adecuada, inicia su camino talvez con cierta ayuda personal, pero de repente se distrajo con alguna otra instrucción y toma el camino equivocado y al llegar al final de la ruta arriba a un lugar distinto. Más triste sería llegar a ese lugar y regresar a casa y creer que llegamos al lugar que esperábamos y que nunca fuimos. Creo que nadie quisiera estar en el camino equivocado hacia el destino errado, y después de haber llegado creer que llegó a donde deseaba ir, sin encontrar lo que realmente buscaba.
En la realidad esta supuesta “idea de viaje” en nuestro conocimiento de la Palabra de Dios puede darse con muy tristes experiencias para quienes terminan llegando a una enseñanza errada en la doctrina.
Aunque la Palabra de Dios tenga poder y autoridad en Sí misma, muchos la utilizan y enseñan de Ella perversamente y de forma engañosa para apartar a los creyentes de la verdad y engañarlos con falsas doctrinas.
La necesidad de aprender apropiadamente de la Palabra de Dios es de gran valor en la vida de cada creyente. La mentira y el engaño están presentes desde el mismo inicio de la historia cuando Satanás apartó a Adán y Eva con una mentira de lo que Dios había dicho llevándolos a pecar. Jesucristo, mientras estaba en su ministerio, defendió mucho Su Deidad y atacó las falsas enseñanzas de los escribas y fariseos, llamándolos hijos “del diablo”, les reprendió por no decir y enseñar la verdad y no creer en Él (Juan 8:44-47).
Pablo nos describe en este pasaje en pocas palabras a los portadores de la mentira:
- Causan divisiones en las iglesias.
- Enseñan falsamente en cuanto al Evangelio de la Gracia de Dios.
- Buscan sus propios beneficios, sirven a “sus propios vientres”.
- Utilizan palabras sutiles para ingresar la mentira, engañando.
La Biblia nos recomienda:
- Estar alerta contra aquellos que quieren enseñar “algo distinto” dividiendo. (Mateo 24:24)
- Que nos apartemos de, o los apartemos, a quienes enseñan falsamente. (Romanos 16:17; 2 Juan 1:10)
- Escudriñemos las Escritura para comprobar lo que escuchamos. (Hechos 17:10-11)
- Seamos sabios escuchando y aprendiendo prudentemente de las personas que solamente enseñan la verdad. (Hechos 18:24-26)
- No demos cabida a la mentira, pues ella nos puede engañar y apartar de la verdad. (1 Tesalonicenses 5:21-22)
Dependemos de la obra del Espíritu Santo para aprender y ser sensibles a la verdad, pero es nuestra responsabilidad estar atentos a la aparición de aquellos que nos quieren enseñar falsamente. Sea sabio apartándose de la falsa enseñanza y busque con diligencia la sana doctrina.
«Señor, ayúdame a estar atento solamente a la verdad de Tu Palabra»
2 Juan 1:10
“Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!”