Génesis 1:1, 9-11, 13, 24 y 31
“En el principio creó Dios los cielos y la tierra. […] Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno. Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. […] Y fue la tarde y la mañana el día tercero. […] Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. […] Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.”
Caminando por una de las áreas recreacionales de la ciudad, me encontré junto a un pequeño río que cruza la ciudad de norte a sur. Mientras contemplaba los árboles que se encontraban alrededor del río, comencé a escuchar a las cigarras, grillos y más insectos que trajeron música a mis oídos. En ese instante los pájaros, queriendo recordarme su presencia, comenzaron a entonar sus preciosos cantos al tiempo que el golpe del agua del río le daba fondo a esa sinfonía. En ese instante pude degustar por un momento la maravillosa e increíble creación de Dios.
Se calcula que en la selva amazónica, en un área de 200 km cuadrados por ejemplo se cuentan 500 especies de árboles y 93.000 plantas distintas. En una de las áreas reservadas de la selva, el Parque Nacional del Manu, se han contabilizado 155 especies de anfibios y 132 de reptiles; también ostenta el récord mundial de mariposas diurnas con más de 1200 especies y más de 1000 aves (casi el 10% de la población mundial).
En el desierto del Sahara, a pesar de su muy limitada flora y fauna, posee cerca de 1620 especies de plantas, las que se pueden encontrar en esta zona del planeta, de las cuales casi un 12% son endémicas (propias y únicas en la zona). Los animales emblemáticos del desierto son el addax, la gacela doncas y el zorro del Sahara. Algunos de los animales que viven en el desierto tienen la capacidad de conservar agua por medio de la condensación del aire en las fosas nasales. Otros no tienen glándulas sudoríparas y tiene una vida nocturna para alejarse del intenso calor que sobre pasa los 50 grados centígrados en el día.
Dios creo la fauna y la flora del planeta en los días tercero, quinto y sexto de la creación (Gn 1:9-13, 20-25 y 31). Es realmente imposible considerar que todas estas especies pudieron formarse de una gran explosión, como algunos quieren enseñar. Es evidente que solamente un Ser superior en poder, inteligencia y sabiduría pudo crear tal diversidad de animales y plantas y ubicarlas en estas zonas tan ampliamente distintas.
Pero de todos los seres creados, el hombre es el único creado a Su imagen y semejanza (Gn 1:26, 27), al cual le ha dado la responsabilidad de cuidar y dar uso apropiado de todo lo que el Creador formó (Gn 1:28-30). ¡Dios lo creó todo!
«Alabemos al Creador de los cielos y de la tierra, y todo lo que en ella hay, al Único poderoso y sabio Dios»
Nehemías 9:6
“Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran.”