2 Corintios 1:15-24
“Con esta confianza quise ir primero a vosotros, para que tuvieseis una segunda gracia, y por vosotros pasar a Macedonia, y desde Macedonia venir otra vez a vosotros, y ser encaminado por vosotros a Judea. Así que, al proponerme esto, ¿usé quizá de ligereza? ¿O lo que pienso hacer, lo pienso según la carne, para que haya en mí Sí y No? Mas, como Dios es fiel, nuestra palabra a vosotros no es Sí y No. Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él; porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios. Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones. Mas yo invoco a Dios por testigo sobre mi alma, que por ser indulgente con vosotros no he pasado todavía a Corinto. No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para vuestro gozo; porque por la fe estáis firmes.”
- Pablo estaba apelando al entendimiento y buen juicio de los hermanos en Corinto contando su buen deseo. Él había planeado viajar para Europa y visitar la iglesia en Acaya, para luego subir a Macedonia y nuevamente volver a Corinto, y de ahí viajar a Israel, pero no sucedió así, y por eso se defiende de aquellos que lo acusaban de tener doble ánimo y no ser una persona de palabra (v. 15-17).
- Habían llegado a Corinto unos falsos maestros que estaban haciendo daño en la iglesia y que estaban negando la autoridad de Pablo como apóstol, y por esta razón tenía que defenderse de aquellos que habían utilizado el cambio de planes de Pablo como motivo para acusarlo de cambiante (v. 17).
- Apelando a la fidelidad e inmutabilidad de Dios (v. 18), Pablo presenta su defensa expresando que en ningún momento él había estado indeciso de sus planes, sino que las circunstancias cambiaron todo (v. 23).
- Parecería que no solo su integridad estaba en juego, sino la credibilidad del mensaje del evangelio, por eso reafirma la certeza del mensaje “predicado… por mí (Pablo), Silvano (Silas) y Timoteo” (v. 19); y recuerda que Dios nunca puede cambiar en cuanto a la seguridad del cumplimiento de sus promesas (v. 20).
- Les recuerda a los hermanos en Corinto que su autoridad y apostolado en Cristo, y quien lo había llamado era Dios para servirle, y que el Espíritu Santo, como sello, testificaba de ello (v. 21, 22).

El carácter vacilante es una de las características de una persona inmadura o insegura (Stg. 1:6-8; 5:12). Esta persona genera desestabilidad en su manera de actuar y provoca incredulidad hacia él mismo en las personas a su alrededor.
En cambio, una persona fiable y segura siempre va a actuar de acuerdo a su palabra, todo lo que dice lo cumple, y lo que menciona siempre se apega a la verdad.
Pablo menciona el carácter inmutable de Dios como punto de partida de su propio carácter. Si Dios es fiel, Pablo debía ser fiel; si Dios no es vacilante, de la misma manera debía serlo el apóstol.
Nosotros como creyentes debemos mirar al carácter de Dios y vivir reflejándolo en todas nuestras áreas de vida. Debemos dar gracias al Señor por su carácter fiel, podemos confiar en Su Palabra y descansar en sus promesas. Pero al mismo tiempo daremos honra a Su Nombre si nosotros manifestamos ese mismo carácter ante los demás.

«Una manera de honrar a Dios por su fidelidad es reflejar su carácter en toda nuestra manera de vivir»
Ministerio UMCD