Proverbios 3:5-8
“Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.
Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.
NO SEAS SABIO EN TU PROPIA OPINIÓN; TEME A JEHOVÁ, Y APÁRTATE DEL MAL;
Porque será medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos.”
Debo de reconocer que mientras iba creciendo hice travesuras. Mi niñez y juventud, cómo la de muchos, estaba llena de cosas indebidas. La desobediencia en casa, en la escuela, a los mayores, y a las autoridades era algo que se daba constantemente.
El problema no era solamente la desobediencia, que por sí era mala, sino las consecuencias de esas malas acciones. Los castigos, las disciplinas, y los problemas que causaba era algo que acompañaba a mis faltas. Esos pecados tuvieron consecuencias que me hicieron llorar y sufrir, y que, en algunos casos, ocasionó problemas a otros también.
En la actualidad la idea de ser “tu propio dios” es muy común. La sociedad y las personas que nos rodean nos motivan hacer cosas que están mal, pero que bajo la bandera de lo “permisible”, nos motivan a pecar. «Mientras eso te guste está bien» «Si eso no hace daño a nadie, puedes hacerlo» «Creo que hacer lo que a uno le guste está bien, puesto que Dios va a querer que seas “feliz”» ¿Le suenan familiares estas frases?
La Biblia nos dice que para que tengamos una vida alejada de las consecuencias de nuestros pecados debemos poner atención a Dios y a Su Palabra.
Fiarse en Dios es confiar (v. 5). Debemos confiar que Dios sabe lo que hace, lo que dice, y porqué lo dice. Si Dios nos dice que no hagamos algo, es porque es bien para nosotros. Debemos confiar en lo que Dios nos diga, en sus estándares de vida, en su Palabra; y debemos hacerlo en obediencia plena. Debemos confiar en el Señor con todo nuestro corazón. Si lo que usted o el mundo piensa va en contra de los estándares de Dios, pues no es bueno; así de simple.
Reconocerlo en todos nuestros caminos habla de todo (v. 6). Ha visto en algún diccionario en donde la palabra todo significa “a medias” o “en lo que quieras”, o mucho menos “en lo que te convenga”. Si dice todo, debe ser en todo. Todas las decisiones deben ser puestas ante Dios y dejar que Él nos ayude a hacer de lo que debemos. No es bueno decirle: “Dios, esto decidí, así que ayúdame”. Cuando pase tiempo en la Biblia y orando para tomar una decisión, Dios le mostrará lo que debe hacer, Él “enderezará tus veredas”.
Recuerde, no crea saberlo todo (v. 7). Puede ser que lo que esté pensando esté contaminado con la maldad del pecado. Si usted se cree sabio por sí mismo, es orgullo, y eso también es pecado, se llama soberbia. Si realmente quiere ser sabio, nos dice el versículo que temamos a Dios con reverencia, y que, si vemos algo malo, nos apartemos.
Si lo hacemos, nos irá bien (v. 8). No habrá mal que nos afecte, será algo que nos bendiga y que traerá paz a nuestra alma y a nuestro espíritu. Mis pecados trajeron dolor y sufrimiento, y esto es lo que el pasaje nos dice que evitaríamos si hiciéramos lo que es correcto ante Dios y con Su guía.
Proverbios 14:8 (PDT)
“EL INTELIGENTE ES SABIO PORQUE PIENSA MUY BIEN LO QUE HACE, pero el bruto es tonto porque se engaña a sí mismo.”
Dejemos de ser necios y escuchemos y temamos a Dios ……..¡¡¡¡Gloria a Dios siempre
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