Génesis 18:17-19
“Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer, habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra? PORQUE YO SÉ QUE MANDARÁ A SUS HIJOS Y A SU CASA DESPUÉS DE SÍ, que guarden el camino de Jehová, HACIENDO JUSTICIA Y JUICIO, PARA QUE HAGA VENIR JEHOVÁ SOBRE ABRAHAM LO QUE HA HABLADO ACERCA DE ÉL.”
En una de las películas de la saga de «El Señor de los Anillos», el grupo de aventureros caminan por una extensa planicie de pastos recorriéndola por varios kilómetros. En un momento inesperado se encontraron ante un vasto grupo de árboles, los mismos que solamente permitían ver sus ramas, y que escondían detrás de ellos el real tamaño y densidad del gran bosque que tendrían que recorrer adelante.
En ese momento, para quienes contemplamos la película, los creadores de la misma nos permiten ver a los espectadores la real dimensión de dicho bosque al levantar la toma de la escena hasta cierta altura en el cielo, y desde ahí se pudo ver la magnitud de la travesía que esos aventureros tenían por recorrer.
En nuestra vida, la perspectiva del futuro tiene una similitud con dicho bosque. Como seres privados del conocimiento de las certidumbres del mañana solo podemos ver lo que tenemos en el presente, en el hoy; pero poco de lo que será mañana, menos de lo que nos espera en la siguiente semana.
Cuando Abraham escucha por parte de Dios nuevamente el deseo de otorgarle una familia (Génesis 18:9, 10), su conocimiento de todo lo que vendría en el «mañana» era incierto, veía un poco de los «árboles» que tenía adelante. El primer día que Dios le ofreció a su amigo la promesa de una descendencia, le lleva a contemplar las estrellas, y le dice que como tal sería el número de hijos (Génesis 15:1-5), e igual seguía siendo poco claro para este viejo hombre. Cuando Dios decide comunicarle a Abraham todo lo que haría en Sodoma y Gomorra, sabía quién era Abraham y todo lo que éste haría para educar a su familia (Génesis 18:17-19). Abraham veía al “bosque” desde la planicie, Dios desde los cielos. Lo maravilloso de la obra de Dios es que Él mira el futuro y todas las posibilidades, aunque nosotros solamente podemos ver máximo hasta el día de mañana.
En la vida familiar, Dios nos ha puesto en un ente orgánico que crece y se reproduce, somos un grupo de individuos que crecemos y nos multiplicamos y seguimos extendiéndonos a medida que formamos nuevas familias e iniciamos nuevamente el proceso.
Dios no miraba a Abraham como un solo individuo en este pasaje, el Señor miraba a su amigo como una familia, y no de un solo hijo, Isaac, sino como las estrellas del cielo.
El Señor mira a su familia mi querido lector de la misma forma, no lo ve a usted únicamente como un individuo, sino que mira toda la familia que está delante en su vida. Lo maravilloso del plan de Dios para Abraham era todo lo que el Señor haría para bendecir la tierra, y de la misma manera Él puede ver todo lo que podría hacer con la suya.
El ejemplo de Abraham nos deja una preciosa enseñanza de bendición continúa a través de nuestra familia a las siguientes generaciones. Pero en el caso de Abraham también vemos que Dios mira a su amigo con el potencial de buen padre de familia, quien «mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová» (v. 18). Dios traería todas las bendiciones prometidas a la descendencia de Abraham en función de esa característica de ‘buen padre’ de su siervo y amigo (v. 19).
¿Cómo ve Dios a su vida en función de su obediencia? ¿Cómo cree usted que puede ser canal de bendición a su familia inmediata y continúa? ¿Cómo puede usted participar en su familia para que los suyos puedan buscar a Dios? ¿Cómo Dios puede utilizarle a usted para transformar la vida de su familia por generaciones?
Usted talvez vea su vida como un grupo de “árboles”, Dios está mirando el “bosque” completo. El Señor tiene planes fantásticos para usted y su familia. ¿Está dispuesto a ser usado por Dios y a conocer Su voluntad?
«Señor, en tus manos pongo mi vida para ser de bendición a mi familia»
Génesis 15:1
“Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande.”