¡Ahora es cuando! | VIDA CRISTIANA

2 Pedro 3.9

2 Pedro 3:7-10

“Pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, SINO QUE ES PACIENTE PARA CON NOSOTROS, NO QUERIENDO QUE NINGUNO PEREZCA, SINO QUE TODOS PROCEDAN AL ARREPENTIMIENTO. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.”

 

El 16 de abril del 2016 fue un momento que quedará marcado en la mente y el corazón del pueblo ecuatoriano, un temblor de 7,8 grados en la escala de Richter impactó las costas de Ecuador dejando una zona de devastación en varias provincias afectando tremendamente al país. El sismo dejó un saldo de fallecidos que llegó a más de 700 personas, sobre las 16.000 personas heridas, y decenas de miles de damnificados. Asimismo, hay cerca de 7.000 inmuebles destruidos y otros miles afectados.

El dolor, el desconsuelo, la incertidumbre, el miedo y el trauma dejado por tan fatídico evento es incalculable. La vida en sí de todo un pueblo ha sido afectada a causa del siniestro. Para muchos, la muerte estuvo rondando sus vidas; para otros la muerte arrebató la vida de sus seres queridos o conocidos; para el país, el dolor de tanta pérdida humana ha dejado una huella muy profunda en el corazón de sus habitantes.

Lo cierto es que la muerte nos llega a todos, de una u otra forma. Una enfermedad, un accidente, un desastre natural, con la edad, etc. Para aquellos que viven en zonas con altos riesgos de incidencias de desastres naturales este riesgo crece, pero la Biblia nos dice que un día toda la tierra será afectada por desastres naturales que irán creciendo en intensidad y frecuencia hasta antes de la Segunda Venida de Cristo (Mateo 24:7). Nadie puede predecir con exactitud cuándo y en dónde un nuevo desastre afectará alguna zona. Para ello no podemos estar plenamente preparados, pero para enfrentar la muerte si lo podemos hacer.

Jesucristo vendrá en cualquier momento, su Segunda Venida es un evento que ha sido más profetizada que la Primera. Tampoco nadie puede saber cuándo Él venga, pues como dice Pedro, será sin que nadie lo sepa, “como ladrón en la noche” (v. 10). La Segunda Venida está demorada por un solo factor: La paciencia del Señor. El deseo de Dios es que todos “procedan al arrepentimiento”. Dios está ofreciendo un poco tiempo más a las personas que aún no han aceptado a Cristo como su Salvador, el anhelo del Señor es que nadie “perezca” (v. 9).

Es nuestro tiempo de entrar a cuentas con Dios. Él quiere que todos nos acerquemos a encontrar el perdón por nuestros pecados (Isaías 1:18), que arrepentidos hallemos misericordia y con fe reconozcamos a Cristo como nuestro Señor y Salvador (Romanos 10:9, 10 y 13). Dios desea darle vida eterna a todo aquel que pone su esperanza en su Hijo Jesucristo, pero el que rechaza este ofrecimiento “no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36).

La muerte le puede llegar de una manera u otra, la Segunda Venida de Cristo puede ser en cualquier momento, el juicio de Dios llegará a todos, sin excepción. El mejor momento para que usted pueda estar seguro que no enfrentará el juicio condenatorio es hoy. ¿Cómo? Arrepentido de sus pecados, pida perdón, mire a Cristo y confiese con fe que Él es su único y suficiente Salvador. ¡Ahora es cuando!

 

«Señor Jesucristo, gracias por morir por mí en la Cruz por mis pecados, te pido perdón y me arrepiento de todo el mal que he hecho, hoy te confieso como mí suficiente Salvador. Amén»

 

2 Corintios 6:2

“Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.”

Publicado por Ministerio UMCD | Un Momento Con Dios

Reflexiones Cristianas. Salmos 1:2 "Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche."

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