Hebreos 13:15-21
“Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios. Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso. Orad por nosotros; pues confiamos en que tenemos buena conciencia, deseando conducirnos bien en todo. Y más os ruego que lo hagáis así, para que yo os sea restituido más pronto. Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.”
La APTITUD es la capacidad de una persona o una cosa para realizar adecuadamente cierta actividad, función o servicio. La ACTITUD es la disposición que alguien tiene para comportarse u obrar de una manera específica.
Cuando se habla de la obra para el Señor, la aptitud y la actitud son características necesarias para desarrollar adecuadamente Su tarea. Uno puede estar capacitado para realizar un trabajo, pero si no tiene una motivación apropiada, no se lo lleva a cabo debidamente; al igual que si tiene el deseo, pero no está capacitado, tampoco lo hará como debe ser.
Y aunque ambas características son necesarias, las dos provienen de dos fuentes diferentes, aunque finalmente ambas vienen de Dios. Dios es quien nos capacita y somos nosotros quienes debemos tener la disposición correcta. Aunque, espiritualmente, requerimos de la obra de Dios para disponernos hacer lo correcto.
Dios obra por medio del Espíritu Santo en nosotros para capacitarnos con sus dones sobrenaturales para desarrollar tareas que solamente Él puede hacer por medio de nosotros. Además, Dios es quien nos prepara para las tareas por medio de las pruebas y la madurez espiritual que Él va forjando en nuestras vidas. Y es el Espíritu Santo quien obra al final en nosotros, a través de nosotros, y en los demás, para que la obra sea desarrollada a cabalidad. Dios nos hace APTOS.
Pero también el Señor pone en nosotros la disposición de hacer Su obra. Por medio del mismo Espíritu Santo pone en nosotros el deseo de desarrollar las tareas para las cuales nos ha capacitado. Él produce en nosotros “así el querer como el hacer, por su buena voluntad” para que nos dispongamos apropiadamente (Fil 2:13). Además, a través de Su Palabra, Dios nos guía hacer Su obra. Utiliza a los miembros de la iglesia para que sepamos que hacer, y por medio de las circunstancias que Él ya ha dispuesto, el Señor nos encamina para que cumplamos esa tarea (Ef 2:10). Al final, ya cuando todo está preparado en Su providencia, es donde con el deseo puesto en nuestro corazón, nosotros decidimos actuar. Dios obra y nosotros nos disponemos con la correcta ACTITUD. Pero es obvio que al final, es la voluntad del hombre la que decide hacer o no la voluntad de Dios.
Dios diariamente va moldeándonos para capacitarnos, dispongámonos para que esa capacitación tenga frutos eternos.
«Gracias Dios por capacitarme y usarme para Tu gloria»
Efesios 2:10 (NTV)
“Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás.”
Buenos dias. Muy buenas sus reflexiones. Pudieran ampliar un poco mas enviandome mas material especifico solo de la Aptitud con pasajes biblicos incluidos Gracias. Puede enviarlo a mi correo maritzavielmadegarcia@
gmail.com
Me gustaLe gusta a 1 persona
Saludos Maritza, ya le enviamos la respuesta como nos solicitó, por favor nos confirma que le llegó. ¡Bendiciones!
Me gustaMe gusta
DIOS te bendiga me gustaría leer el tema aptitud y actitud completo porfa envíamelos
a mi correo aguilaroberth777@gmail.com
Me gustaMe gusta