El destino final de satanás y los demonios es el infierno (Mt. 25:41), y ahí pagarán con tormento eterno su pecado. Ellos no gobernarán ese lugar, al contrario, ellos no tendrán control sobre nada, pero si pagaran el castigo su pecado.
El destino final de satanás y los demonios es el infierno (Mt. 25:41), y ahí pagarán con tormento eterno su pecado. Ellos no gobernarán ese lugar, al contrario, ellos no tendrán control sobre nada, pero si pagaran el castigo su pecado.