Marcos 13:14-23
“Pero cuando veáis la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel, puesta donde no debe estar (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes. El que esté en la azotea, no descienda a la casa, ni entre para tomar algo de su casa; y el que esté en el campo, no vuelva atrás a tomar su capa. Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno; porque aquellos días serán de tribulación cual nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta este tiempo, ni la habrá. Y si el Señor no hubiese acortado aquellos días, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos que él escogió, acortó aquellos días. Entonces si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo; o, mirad, allí está, no le creáis. Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos. Mas vosotros mirad; os lo he dicho todo antes.”
- Jesucristo en estos versículos está haciendo referencia a la manifestación pública y abominable del anticristo, quien se presentará en el templo reconstruido de Jerusalén para colocar una imagen suya para ser adorado durante la Tribulación, queriéndose hacer Dios. (Comp. Dn. 9:27; 2 Ts. 2:4)
- Esta será la señal que esperaran los judíos para saber que el perverso “desolador” ha profanado el templo, y así reconocerán la profecía de Daniel. Ese será el momento de huir.
- El pueblo judío sufrirá una persecución nunca vista por el odio que el anticristo manifestará en contra pueblo de Dios.
- En esos días no solo habrá persecución, si no, mucho caos por los diferentes acontecimientos naturales y políticos que afectarán la vida del hombre en todo el mundo. (Ap. 7:14; Mt. 24:21)
- El Señor nos recuerda que el número de esos días están limitados bajo Su voluntad, y que lo hará para evitar un sufrimiento prolongado de Su pueblo.
- El engaño se intensificará al fin de los tiempos, tanto que casi convencería a los creyentes, pero no será posible.
- Termina el Señor alentado a recordar lo que está por suceder.

Aún se recuerda con consternación y mucho pesar lo sucedido entre los años 1935 a 1945, cuando la Alemania nazi, liderada por Adolfo Hitler, cubrió de sangre, pena y maldad la Europa conquistada. Las atrocidades encaminadas por un líder perverso y sin una mínima de compasión se realizaron en contra del pueblo judío. Hechos que han quedado marcados en la memoria de todo el mundo.
Pero estos hechos no se compararán con lo que acontecerá en el tiempo de la Gran Tribulación, justo después de que el anticristo llegue a cumplir la profecía hecha por Daniel (Dn. 9:26, 27). El momento que los judíos vean la abominación que este maligno ser haga en el templo que se reconstruirá en Jerusalén en los primeros días de la Tribulación. Ese rechazo desencadenará una persecución antes vista, y por eso el Señor les advierte en Marcos que deben recordar que no va a ser nada agradable vivir en Jerusalén (Mr. 13:14-19).
Pensando en este evento, Jesús nos recuerda que aquellos no judíos que ayuden a Su pueblo serán reconocidos por parte del Señor (Mt. 25:34-40).
Nuestra tarea como creyentes ahora es velar por el pueblo judío. Ellos, aunque en este momento no esté aceptando al Mesías, ellos llegarán a ver la verdad de las Escrituras, y en ese día su fe será demandada con la muerte en muchos casos. Nuestro deber es orar desde ahora por la redención de Israel, quienes serán atormentados como nunca se ha visto.

«La responsabilidad de todo creyente es velar y orar por los intereses de Israel, el pueblo de Dios»
Ministerio UMCD