Lucas 23:33-37
“Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Y JESÚS DECÍA: PADRE, PERDÓNALOS, PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes. Y el pueblo estaba mirando; y aun los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si éste es el Cristo, el escogido de Dios. Los soldados también le escarnecían, acercándose y presentándole vinagre, y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo.”
Jesucristo sabía el por qué debía morir en la Cruz; llevaba consigo el pecado de todos los hombres para ser pagados (2 Corintios 5:21). Aceptó este encargo del Padre desde el mismo inicio de la planificación de la creación (2 Timoteo 1:9-10; 1 Pedro 1:18-20). Dios, antes de haber creado todo lo que existe a nuestro alrededor, sabía que el hombre después de ser creado pecaría.
Cuando los escribas, los fariseos, los soldados, y más personas del pueblo vieron a Jesucristo actuaron faltos de una comprensión profunda de sus actos. Llevados por el irrespeto, la falta de un corazón sumiso y anhelante de Dios, clavaron en la Cruz a Quién había llegado a pagar por sus pecados y así brindarles una oportunidad de hallar perdón y salvación. Ellos no miraban la gravedad de su falta, oscurecidos en su entendimiento, y faltos de conciencia, pecaban injuriando y crucificando al mismo Hijo de Dios.
Jesucristo en medio de su dolor físico causado por las heridas de los azotes y del estar colgado en la cruz mira al hombre que lo ofende en Su misma presencia. En su inmensa misericordia, y con una compasión de difícil comprensión humana, clama por el hombre y dice: “PERDÓNALOS, PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN” (Lucas 23:34). El hombre no sabía lo que realmente estaba haciendo, no estaba consciente de la gravedad de su pecado; pero Cristo si, y por eso intercede clamando perdón.
Nosotros igualmente no estamos conscientes de todos los pecados que hemos y seguimos cometiendo, y de la gravedad de ellos ante Dios. Todos son ofensa directa que van en contra de Su santidad y de Su justicia. La falta de entendimiento pleno del pecado no nos quita de nuestra responsabilidad.
Jesús murió en la Cruz sabiendo que no seríamos conscientes de todos nuestros pecados, aunque si responsables de cada uno de ellos. El Señor ya clamó por el perdón, y el Padre nos ofrece ese perdón por medio de la fe en Su Hijo y su sacrificio en la Cruz. ¿Ya está consciente de su culpa? ¿Ya está consciente de la necesidad del perdón?
– Cristo ya pagó por nuestro pecado, ahora a través de la fe en Él nos ofrece el perdón y salvación –
«Dios, sé que soy pecador, y por fe en Jesús te pido perdón. Jesús, Tú moriste por mí en la Cruz, y por fe te pido salvación»
Hechos 26:18
“… PARA QUE RECIBAN, POR LA FE QUE ES EN MÍ, perdón de pecados y herencia entre los santificados.” <Jesús>