Isaías 6:1-8
“En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado. Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.”
Cosmovisión viene de 2 palabras griegas: KOSMO – universo o mundo; y la otra: VISIO – ver, mirar, observar. De ahí tenemos que la cosmovisión es la manera de ver e interpretar el mundo.
El rey Uzías había muerto de una enfermedad de la piel después de haber estado cincuenta y dos años en el trono (2 Cr 26:3). Aunque su enfermedad fue causada por una mala acción que le condujo a ser castigado por Dios (2 Cr 26:16-21), el rey había sido un gran monarca que trajo gran prosperidad y victorias al reino de Judá (2 Cr 26:4-15). Era considerado un gran líder, y para muchos, su muerte fue de gran pérdida, inclusive para el profeta Isaías.
Fue necesario para Isaías enfrentar una tragedia para que su cosmovisión cambiara. En el mismo año de la muerte de Uzías el profeta vio “al Señor sentado sobre un trono alto y sublime”; se dio cuenta que era un hombre “inmundo de labios” que habitaba en “medio de pueblo” igual de pecador; escuchó que había una gran necesidad y una responsabilidad que Dios estaba deseando dársela a alguien, por lo que exclamó: “Heme aquí, envíame a mí.” (Is 6:1, 5, 8)
Nuestra vida tendría significado, y nuestra adoración y dependencia sería apropiadamente enfocada cuando podamos tener clara nuestra visión de Dios y nuestro entorno.
–DIOS ES EL ÚNICO SOBERANO. No importa quien estén en el gobierno de nuestro país, ni quien sea el presidente de la compañía, ni que tan bueno sea nuestro trabajo o nuestra vida, todo está bajo la Soberanía de Dios, y Él es Quien gobierna y de Quien proviene todo, el Único ante quien realmente debemos postrarnos en adoración. (Is 6:1-4)
–TODOS SOMOS PECADORES. Nadie es superior a otros, todos hemos pecados y todos necesitamos perdón de pecados y salvación. (Is 6:5-7)
–HAY UNA MISIÓN QUE CUMPLIR. Hay una gran necesidad de mensajeros de Dios que vayan por el mundo predicando el evangelio de Cristo, sea que escuchen o no, todos deben saberlo. (Is 6:8-13)
Pidamos a Dios que nos ayude a tener una cosmovisión adecuada de Él, de nosotros, del mundo y su necesidad.
«Señor, solamente Tú eres Dios, y nosotros pecadores viviendo en un mundo necesitado de Ti»
Deuteronomio 3:24
“Señor Jehová, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza, y tu mano poderosa; porque ¿qué dios hay en el cielo ni en la tierra que haga obras y proezas como las tuyas?”