Según Tito 2.11-12 esa es la forma en la que somos llamados a vivir, este pasaje resume lo que significa vivir sobriamente. Con esto no quiero decir que no podamos disfrutar de las bendiciones de Dios, sino que nuestro corazón desee agradarlo aun por encima de las riquezas, el confort y las excentricidades.
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¿Cómo vivir bien en este siglo?
en la carta de Pablo a Tito capítulo 2 versos 11-12 hallamos la forma de vida que debe distinguir a los creyentes, y que define la forma en la que debemos administrar todo lo que tenemos, este dice: “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente.”
Cuatro consejos para la inversión de nuestro dinero
Un millonario llamado Zaqueo aprendió esta lección y luego de dedicar su vida a Jesús no volvió a ser el mismo, su historia y las decisiones que tomó aquella noche en la que conoció al Señor se nos narran en Lucas 19:8:
Consejo de un millonario para hacer buenas inversiones
Por esto es que cuando amamos a Dios por encima de todo lo demás, vamos a estar en condiciones de administrar nuestro dinero y también cada área de nuestra vida con sabiduría, porque hallaremos en nosotros un profundo deseo personal por agradar a Jesús y vivir como Él vivió.
¿Qué impide que nos relacionemos con Dios?
¿Qué es lo que nos impide relacionarnos con Dios?: Nuestra pecaminosidad.
La historia de Isaías lo ilustra perfectamente y nos deja ver la santidad de Dios, el hecho de que Él es “otro”, diferente de todos nosotros en un sentido moral y en su naturaleza, que es perfecto, puro y por eso está obligado a rechazar el pecado y la imperfección, lo cual es la razón por la que hay un “abismo espiritual” entre Él y nosotros.
¿Tienes problemas judiciales con Dios?
Pocas veces consideramos a Dios como el Juez al que tendremos que rendirle cuentas por nuestra vida y mucho menos como un enemigo. Pero la Biblia nos enseña que todos los hombres que no han confesado su pecado y creído en su regalo de salvación, están en guerra con Dios y necesitan reconciliarse con Él a través de Jesucristo (Ro. 5.10).
Impulsado por Su amor
Muchos viven para sí mismos, entregados a sus propios valores y deseos egocentristas. Otros en cambio, viven para otros, para complacer a alguien a o alguna corriente del mundo. Pero pocos, y solamente los que conocen del amor de Dios en Jesús, saben que no hay nada más significativo que vivir para nuestro Redentor.
¡Ay de mí, porque he visto a Dios!
Es que cuando consideramos la santidad de Dios, la respuesta natural, la consecuencia normal que debiera producir eso en nosotros, es una conciencia de pecado que nos inunde y nos haga sentir tal nivel de terror que tengamos la obligación de confesarlo y arrepentirnos delante del Santo.