¿Te conduce la sabiduría humana a Dios?

Cada vez es más normal pensar que hay una esfera personal que está por fuera del poder y alcance de la Palabra de Dios y por eso los creyentes acuden a este tipo de ayuda; pero, las Escrituras son muy claras en cuanto al trato que Dios le da a todo tipo de sabiduría humana que se oponga a las verdades fundamentales de Su Palabra…

La “locura” a la que somos llamados

¿Por qué la predicación de la palabra de Dios parece cada vez menos aceptada y más rechazada por el mundo en el que vivimos?

¿Será que como cristianos estamos en lo correcto al permanecer fieles a ella aunque eso implique que tengamos que ir en contra de las corrientes filosóficas y métodos humanísticos que parecen tener más credibilidad y aceptación por el mundo hoy?

Convirtámonos en cristianos “negociantes”

La mina de la que se nos habla en esta parábola era una moneda que equivalía a tres meses de salario de una persona, y cada uno de los diez siervos de este Noble recibió una, con la orden de que negociaran con ella para que cuando este hombre regresara hallara ganancia sobre su inversión…

Esperando por nuestro reino

Jesús comprendía muy bien la tensión que había en el ambiente debido a que el ánimo de la gente que caminaba junto a Él era de expectativa, ellos pensaban que: el reino de Dios muy pronto aparecería; y que estaban marchando con el Rey…

¡Vivamos con lo necesario para ser “ricos”!

Según Tito 2.11-12 esa es la forma en la que somos llamados a vivir, este pasaje resume lo que significa vivir sobriamente. Con esto no quiero decir que no podamos disfrutar de las bendiciones de Dios, sino que nuestro corazón desee agradarlo aun por encima de las riquezas, el confort y las excentricidades.

¿Cómo vivir bien en este siglo?

en la carta de Pablo a Tito capítulo 2 versos 11-12 hallamos la forma de vida que debe distinguir a los creyentes, y que define la forma en la que debemos administrar todo lo que tenemos, este dice: “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente.”