Nehemías 7:5-7, 73
“Entonces puso Dios en mi corazón que reuniese a los nobles y oficiales y al pueblo, para que fuesen empadronados según sus genealogías. Y hallé el libro de la genealogía de los que habían subido antes, y encontré en él escrito así: Estos son los hijos de la provincia que subieron del cautiverio, de los que llevó cautivos Nabucodonosor rey de Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad, los cuales vinieron con Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Azarías, Raamías, Nahamani, Mardoqueo, Bilsán, Misperet, Bigvai, Nehum y Baana… […] Y habitaron los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los del pueblo, los sirvientes del templo y todo Israel, en sus ciudades.”
- Después de toda tarea de reparación, y de haber establecido la guardia para resguardar la ciudad, Nehemías toma la decisión de registrar los nombres de todos los habitantes de Jerusalén y de Judea, con el fin de identificar quienes eran los que habitaban, para poder así mantener un registro genealógico.
- Esta decisión del empadronamiento no nace de una idea de Nehemías, sino de la voluntad de Dios para que esto se lleve a cabo. (Neh. 7:5)
- Nehemías se encuentra con un registro del primer grupo de personas que fueron enlistadas en el primer retorno, junto con Zorobabel, y usa esto como base del nuevo registro (Neh. 7:7).
- Al final, puede establecer la ubicación de cada familia en Judea, tanto en la ciudad como en el campo. (Neh. 7:73)
- Este registro pudo haber sido usado posteriormente para poder repoblar la ciudad de Jerusalén que se encontraba vacía. (Neh. 11:1-24)

Nehemías seguía constantemente la guía de Dios para poder desarrollar su liderazgo de forma eficaz. Su constante expresión de la dependencia y guía que hallaba en el Señor está registrado muchas veces en este libro, lo que nos pone en evidencia de nuestra necesidad de depender de la misma manera de Dios.
No fueron buenas ideas ocurridas de una mente genial humana; al contrario, fueron todo el plan de Dios basado en Su sabiduría para poder lograr las metas que Él tenía, y Nehemías hacía muy bien en conocerlas y seguirlas.
De Nehemías aprendemos:
- Tener una relación con Dios: Este líder, a pesar de toda la tarea que desarrollaba, mantenía una constante relación con Dios, sólo así podía conocer Su voluntad.
- Vivir en dependencia de Dios: Nehemías no se adelantaba hacer nada hasta que conocía de Dios lo que debía hacer.
- Comprometernos en obediencia a Dios: Como sabía que Dios le guiaría correctamente, y que todo lo que el Señor le guiaba tenía Su bendición, entonces se comprometía a obedecer sabiendo que nada iría mal.
Nuestras vidas serán grandemente bendecidas y prosperadas si aprendemos de este principio vital en la vida de Nehemías. Su relación, dependencia y obediencia le llevó a tener éxito en todo lo que emprendía, y nuestras vidas también serán beneficiadas de estas características de este piadoso líder.

«Depender de Dios no es estar atado o limitado, es ser bendecido y prosperado cuando seguimos la guía de nuestro Sabio Dios»
Ministerio UMCD