¿Cómo evitar problemas por ayudar a otros?

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Proverbios 6:1-5

“Hijo mío, si salieres fiador por tu amigo,
Si has empeñado tu palabra a un extraño,

Te has enlazado con las palabras de tu boca,
Y has quedado preso en los dichos de tus labios.

Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate,
Ya que has caído en la mano de tu prójimo;
Ve, humíllate, y asegúrate de tu amigo.
No des sueño a tus ojos,
Ni a tus párpados adormecimiento;
Escápate como gacela de la mano del cazador,
Y como ave de la mano del que arma lazos.”

El ayudar a los necesitados es uno de los mandatos del Señor (Hch. 20:35; Comp. Ro. 12:13; Gá. 2:10), sobre todo cuando se trata de ayudar a nuestros seres amados o a “la familia de la fe” (Gá. 6:10). Y muchas veces habrá la necesidad de dar nuestra palabra o de servir de garante ante alguien más para poder brindar esa ayuda, lo cual es muy loable.

Pero el problema podría venir cuando damos la palabra o servimos de garantes por alguien y exista la posibilidad de que la persona a quien ayudamos pueda no cumplir con su parte del acuerdo, dejándonos a nosotros en riesgo de tener que cumplir con el acuerdo personalmente asumiendo nosotros las pérdidas o las consecuencias, es ahí donde el brindar la ayuda no es de sabios.

Lo incierto del futuro siempre nos deja en la posibilidad de encontrar algo que no buscábamos, y con eso alcanzar pérdida.


El sabio Autor nos recuerda que dar nuestra palabra de compromiso en nombre de otros podría traernos perjuicio, por lo que nos anima a asegurarnos en la seriedad y la posibilidad de que la persona a quien deseamos ayudar tenga la disposición y la posibilidad de cumplir con el compromiso del cual uno va a ser garante.

Muchas veces se observa que la persona que busca de la ayuda de otros lamentablemente por muchos factores no cumple lo acordado, dejando el daño sobre los hombros de quien ayuda.

Muchos podríamos caer en el problema porque, motivados por el orgullo y no querer pasar por la pena al querer rechazar el favor que nos solicitan por una posible desconfianza, no somos capaces de negarnos ante el pedido; u otras veces, para mostrar nuestra capacidad de hacerlo de forma jactanciosa, damos la aprobación a lo solicitado y nos enredamos con nuestras propias palabras (v. 2). Por eso nos pide que vayamos y nos retractemos de lo dicho antes de que sea tarde, porque posiblemente estaremos cayendo por nuestro orgullo en un perjuicio.

Debemos humillarnos, o ser de espíritu humilde, y tenemos que asegurarnos que la persona que nos pide el favor tiene la posibilidad y la sincera disponibilidad de cumplir con su parte del trato, si no, mejor es retractarse y pasar la pena pronto, antes que caer en una circunstancia riesgosa (v. 3). El pasaje no solo nos alienta a evitar el problema, sino a ser prontos en actuar, porque podría ser demasiado tarde si no tomamos las medidas pertinentes rápidamente (v. 4-5).

El actuar con prudencia y decir que no al favor que nos solicitan no es actuar de mala fe, es evitar que nosotros suframos perjuicio en algo que podía evitarse.

«Hay perjuicio cuando ofrecemos nuestra palabra en favor de otro que talvez no cumpla su parte, es mejor pasar por la pena de decir no, antes que perder algo más serio»

Ministerio UMCD

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Publicado por Ministerio UMCD | Un Momento Con Dios

Reflexiones Cristianas. Salmos 1:2 "Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche."

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