¡No solamente a los buenos!
1 Pedro 2:18-23
“Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar. Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente. Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente.”
¿En su vida se ha encontrado con algún jefe o superior difícil de tratar? Creo que muchos nos hemos encontrado con la difícil tarea de trabajar bajo una persona, que, teniendo autoridad, la utiliza inapropiadamente causándonos malestar en el trabajo.
El trabajo realizado bajo la autoridad de una persona autoritativa o injusta puede crear resentimiento, temor, heridas, odio, bajo rendimiento laboral, entre otras cosas. El estrés que genera es tal que influye siempre negativamente el desempeño y el ambiente en el lugar de trabajo. ¿Qué hacer ante tal circunstancia?
En primer lugar, debemos recordar que la persona que está sobre nuestra posición de trabajo con autoridad ha sido puesta por Dios; es por esto que la Biblia nos enseña a estar “sujetos”, es decir, a someternos a ellos (Ef 5:21; Ef 6:5, 6), “no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar” (1 Pe 2:18). Trabajar ante un jefe bueno es sencillo de obedecer, pero cuando las cosas parecen injustas, entonces lo sencillo se pone cuesta arriba.
La injusticia trae malestar, y este malestar nos lleva a buscar la restitución de lo justo. Muchos pueden optar por hablar directamente con el jefe. A veces puede solucionarse o muchas veces puede que no cambie. Cuando no cambia, entonces se produce ira, resentimiento, odio, rebeldía, murmuración, desagrado; tal puede ser el caso que nos puede llevar al conflicto, a la venganza, o a la renuncia. Todas estas vías de escapes de la ira y el malestar.
Segundo, cuando hay malestar la falta de respeto puede darse, y la Biblia nos dice al respecto: “Criados, estad sujetos CON TODO RESPETO a vuestros amos… TAMBIÉN A LOS DIFÍCILES de soportar” (1 Pe 2:18 – mayúsculas añadidas). Tratar con respeto es honrarlo. En Efesios encontramos que los siervos deben obedecer a los jefes “con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo” (Ef 6:5). Servirles “como a Cristo” es trabajar para ellos como si lo hiciéramos para el Señor. ¿Alguna vez le faltaría el respeto al Señor? El respeto que se da a la autoridad de las personas que trabajan como nuestros jefes y líderes debe nacer del reconocimiento que Dios los ha puesto sobre nosotros (Ro 13:1; 1 Pe 2:17).
Por último, Cristo nos dejó ejemplo al padecer injustamente; el Señor no pecó, no engañó, no respondió con maldición, no amenazó (1 Pe 2:21-23); al contrario, cuando estaba en la cruz oró intercediendo por sus injustos jueces terrenales (Lc 23:34). Si se encuentra trabajando en un ambiente difícil, siga las pisadas de Cristo; sométase con respeto a su jefe y presente su causa a Dios, interceda por quienes obran injustamente, mientras que con paciencia sufra haciendo lo bueno ya que “esto ciertamente es aprobado delante de Dios” (2 Pe 2:19, 20).
«Señor Jesús, gracias por Tu ejemplo, quiero ser más como Tú»
Colosenses 3:12
“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia.”
Hermosa cita bíblica, me ha dado mucha paz, ahora se que Dios a puesto a esta persona sobre mi. Bendiciones
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