1 Crónicas 21:7-12
“Asimismo esto desagradó a Dios, e hirió a Israel. Entonces dijo David a Dios: He pecado gravemente al hacer esto; te ruego que quites la iniquidad de tu siervo, porque he hecho muy locamente. Y habló Jehová a Gad, vidente de David, diciendo: Ve y habla a David, y dile: Así ha dicho Jehová: Tres cosas te propongo; escoge de ellas una que yo haga contigo. Y viniendo Gad a David, le dijo: Así ha dicho Jehová: Escoge para ti: o tres años de hambre, o por tres meses ser derrotado delante de tus enemigos con la espada de tus adversarios, o por tres días la espada de Jehová, esto es, la peste en la tierra, y que el ángel de Jehová haga destrucción en todos los términos de Israel. Mira, pues, qué responderé al que me ha enviado.”
Cuando Dios ha enviado Su Palabra siempre lo ha hecho con un propósito. No importa lo que el hombre piense o desee, el Señor usará Su Palabra para Sus planes eternos, y que muchas veces no tienen nada que ver con lo que el hombre espera, pero necesita.
La frase “así ha dicho” quiere decir que Dios ya ha ordenado o ha determinado alguna respuesta. Dios, como nos dice en Isaías, envía Su Palabra, y ésta “no volverá a” Él “vacía, sino que hará lo que” Él quiere, “y será prosperada en aquello” para lo que Él la ha enviado (Is 55:11).
Dios había enviado un mensaje a David por medio de Gad para mostrarle Su completo desacuerdo ante el pecado de Su siervo; este mensaje no llegaba con propósitos buenos para David, sino que, al contrario, llegaba con un mensaje de juicio y castigo ante el pecado.
Dios es Soberano, aún con Su Palabra. Cuando Dios ha enviado Su palabra por medio de los profetas, lo hizo para expresar exactamente lo que Él deseaba que el pueblo escuche. Muchas veces esos mensajes llegaban con instrucciones, otras con palabras de consuelo, de aliento, de esperanza; pero otras llegaban con juicio, castigo y expresiones de Su santidad. Actualmente Dios nos habla por medio de Su Palabra ya revelada (He 1:1, 2).
El Mensajero actual de Su voluntad es la Persona del Espíritu Santo (Jn 14:26). El mismo Autor de las Escrituras utilizará lo revelado para guiarnos a la verdad y para enseñarnos todas las cosas que Dios ya ha dicho. Dios nos revela Su voluntad por medio del Espíritu, ya que es el Espíritu quien conoce todo de Dios; entonces, el Espíritu toma la Biblia para acomodar “lo espiritual a lo espiritual” (1 Co 2:10-13).
Cuando nosotros leemos con detenimiento y predisposición la Palabra de Dios, lo que estamos haciendo es preparándonos para escuchar el mensaje que Dios nos quiere dar por medio de la Biblia. El hombre tiene el privilegio de tener la Palabra escrita de Dios para leer lo que nos quiere decir, y disponemos del Espíritu Santo como guía para ayudarnos a entender tal mensaje.
Si bien, muchas veces el mensaje que Dios envía no es lo que realmente quisiéramos escuchar, es de prudentes poner atención, pues lo que el Señor nos quiere decir, viene con el consejo absoluto del Padre, y lo que nos ha dicho mediante la Biblia vendrá exactamente para lo que Él desea que sepamos.
¿Con cuánta atención y con qué frecuencia escucha usted a Dios a través de Su Palabra? La Biblia tiene Su rúbrica.
«Padre, gracias por hablarnos a través de la Biblia; ayúdanos a amarla, honrarla y obedecerla, pues viene con todo Tu soberano y buen consejo»
Salmos 1:1-3
“Bienaventurado el varón que… en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.”