Destruyendo con poder falsos argumentos

Todo creyente prudente debe alimentarse diariamente de la Palabra de Dios para discernir entre la verdad y la mentira. Puede llegar a estudiarlo todo, pero debe aprender a “retened lo bueno” (1 T. 5:21), solo la verdad pura, llevando cautivo esos pensamientos errados a que se sometan a Dios. El Señor nos ha dado las “armas”, es ahora nuestra responsabilidad utilizarlas para solo retener la verdad.

Incorruptible e inmortal es la victoria

La enseñanza de la resurrección nos alienta a mirar hacia lo eterno. ¿Podría imaginarse una vida finita, sin esperanza de una eternidad? Que terrible sería. Lo cierto es que sí hay resurrección y sí hay eternidad, y esto nos motiva a mirar hacia lo que está por venir.

¿Cómo será nuestro cuerpo en la eternidad?

Muchos misterios hay tras la verdad de la resurrección, y aunque la Biblia nos da respuestas a muchas de las preguntas sobre el tema, lo cierto es que no nos da toda la información al respecto.

Viviendo en coherencia a la esperanza

El paradigma que algunas veces genera la seguridad de salvación puede llevar a las personas a decir que, como ya somos salvos por fe y nuestra esperanza es segura, entonces se podría vivir como uno quisiera ya que la obra de salvación no depende de nosotros, si no de Cristo, y por ello podrían hacer lo que quisieran. Pero eso es contrario a lo que la nueva naturaleza nos motiva hacer. El nacer de nuevo hace que seamos nuevas creaturas (2 Co. 5:17), y, por tanto, tenemos un deseo de vivir alineados espiritualmente para lo eterno.

¿Y usted ya está sujeto a Él?

Ya no hay muerte ni condenación para los que estamos en Cristo (Ro, 8:1), y vivir en obediencia debe ser nuestra manifestación de gratitud y adoración a Quien destruyó al enemigo de toda creación, la muerte. La resurrección es la manifestación del poder de Dios de que todo está sujeto a Su voluntad, aún la vida o la muerte.

Sin resurrección no habría sustento

La resurrección de los muertos es una verdad que se encuentra ampliamente explicado y confirmado en las Escrituras, sobre todo en el N.T. Es la posibilidad que todo ser humano tiene al final. La diferencia es el destino a donde va a ir cada persona al resucitar. Como nos dice Daniel, unos se levantarán “para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.” (Dn. 12:2)

El Evangelio y las Escrituras

La obra de redención de Cristo es la que salva al hombre. Él vino a morir en la cruz por nuestros pecados, fue sepultado como prueba de que sí había muerto, pero resucitó para manifestar Su poder y victoria sobre la muerte y el pecado. Este mensaje es el Evangelio, y todo aquel que creyere en estas Buenas Nuevas tiene la oportunidad certísima de salvación (Comp. Ro. 10:9-10).

¡Hazme bien!

Para obedecer a Dios necesitamos tener un compromiso a obedecer (v. 17), una capacidad espiritual dada por Dios para entender Su voluntad (v. 18), y un deseo profundo de escuchar a Dios en “todo tiempo” (v. 20). Una vida de obediencia siempre estará colmada de otras bendiciones.