Colosenses 3:1-15
“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos. Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.”
Cada temporada nueva los diseñadores están buscando innovaciones en la moda. Constantemente tratan de satisfacer la demanda de un público que anda en busca de algo nuevo y deslumbrante para usarlo. Lo del año pasado ya es usado, lo que viene es nuevo, así que siempre queremos cambiar, y ese ciclo no cambia, al contrario, se mantiene.
Lo que hace se usaba hace 5 u 8 años atrás ya nadie lo quiere, las prendas de vestir de los años 80 y 70 parecen ridículas a nuestros ojos, y lo que la gente usaba con glamur en los 20 y 30 ha quedado solamente para fiestas de disfraces o para utilizarlo en obras teatrales o de cinematografía.
Pero la Biblia nos habla también de un ‘cambio de vestimenta’, una renovación de ‘moda’; uno que se diferencia entre lo “terrenal”, mundano o carnal (v. 5) y otro que es celestial, piadoso o “de arriba” (v. 1, 2).
El creyente, aunque ya es salvo y justificado por la fe en Jesucristo, y ahora está separado para vivir la eternidad con Dios (v. 3, 4); a pesar de tener la naturaleza espiritual, sigue afectado por la condición pecaminosa que lo lleva a actuar en contra de Su voluntad (v. 5-9).
La Biblia nos exhorta a revestirnos del “nuevo” hombre, “el cual conforme a la imagen del que lo creó” se debe ir renovando constantemente hasta que lleguemos a estar en la presencia de Dios (v. 10). Por otro lado, también nos manda a que debemos despojarnos de las costumbres pecaminosas del “viejo hombre” (v. 9).
Dios quiere que nos vistamos de Su carácter santo cada día y renovemos nuestro armario espiritual de cosas que glorifiquen Su Nombre. Tenemos cada día la oportunidad de vivir con la moda “terrenal”, la cual nadie debería disfrutar, por ser vieja, carnal y destructiva; o tenemos la maravillosa oportunidad de revestirnos del carácter de Cristo para Su gloria. ¿Cuál vestimenta está usando usted?
«Señor, ayúdame a renovar mi carácter para que se asemeje más al Tuyo»
Romanos 8:13
“porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.”
Nuestra vieja naturaleza, siempre será el arma más poderosa con la que Satanás pueda trabajar. Pues el viejo hombre busca consumir todo lo que satisfaga a sus más íntimos deseos, saltando a la vista la tan miserable carnalidad. El diablo sabrá vender extraordinariamente bien toda su producción, pero jamás seremos obligados a comprarla. Porque desde que contamos con la naturaleza que nos da la opción a hacer lo bueno, podemos rechazar y decir NO al mercado que Satanás ha puesto delante de nuestros ojos; pero si no hacemos nada por revestirnos del nuevo hombre a la imagen de nuestro Señor Jesucristo y renovamos el entendimiento mediante Su Palabra, seguramente terminaremos consumiendo algún producto promocionado, en el macabro negocio del diablo. Dios nos ha dotado de las herramientas necesarias para que podamos pelear y resistir ante las mentiras de nuestro astuto adversario, depende de nosotros si las usamos o no.
Me gustaLe gusta a 1 persona