Mira el video de esta lección
Proverbios 5:1-13
“Hijo mío, está atento a mi sabiduría,
Y a mi inteligencia inclina tu oído,
Para que guardes consejo,
Y tus labios conserven la ciencia.
Porque los labios de la mujer extraña destilan miel,
Y su paladar es más blando que el aceite;
Mas su fin es amargo como el ajenjo,
Agudo como espada de dos filos.
Sus pies descienden a la muerte;
Sus pasos conducen al Seol.
Sus caminos son inestables; no los conocerás,
Si no considerares el camino de vida.
Ahora pues, hijos, oídme,
Y no os apartéis de las razones de mi boca.
Aleja de ella tu camino,
Y no te acerques a la puerta de su casa;
Para que no des a los extraños tu honor,
Y tus años al cruel;
No sea que extraños se sacien de tu fuerza,
Y tus trabajos estén en casa del extraño;
Y gimas al final,
Cuando se consuma tu carne y tu cuerpo,
Y digas: ¡Cómo aborrecí el consejo,
Y mi corazón menospreció la reprensión;
No oí la voz de los que me instruían,
Y a los que me enseñaban no incliné mi oído!”
La sensualidad y los pecados sexuales se están disparando a grados nunca antes visto a causa del acceso a la tecnología digital que ha traído a las manos de los portadores de un teléfono celular la posibilidad de estar expuestos de una u otra forma a las tentaciones del pecado sexual.
A parte de eso, en la televisión y el cine, es evidente que el pudor se ha perdido, y que la gran mayoría de la producción realizada en los últimos años contiene explícito contenido sexual en todo sentido, no solo en los actos visto, sino que exponen a pecados como el adulterio o la infidelidad, y hasta el homosexualismo y más como opciones moralmente aceptadas para hallar la “felicidad” y la “complacencia”.
Los niveles de infidelidad superan actualmente en algunos países más del 50% de las parejas, afectando sus matrimonios. Pero si consideramos el nivel de exposición a las imágenes que se tiene acceso por todos los medios, los niveles de adulterio en el “corazón” podrían ser aún mayor (Mt. 5:27, 28).

El pasaje en Proverbios nos recuerda lo peligroso que son los labios de una mujer que puede arrastrar a un hombre al pecado (v. 3-5), su vida, por estar guida por la sensualidad, es inestable (v. 6). Cuando una persona se entrega a la lujuria, entonces pierde la fuerza para la toma de decisiones, lo que generalmente puede llevarle a pérdidas aún mayores (v. 7-11; Comp. Jue. 16:4-22). Pero este problema no está afectando solo a los hombres, también a las mujeres hoy en día, y en un elevado grado.
El pasaje alienta a guardarse de esta impureza, y sobre todo a aquellos casados, a buscar satisfacción en su pareja matrimonial (v. 15, 18). Nos advierte que ir en pos del adulterio y la fornicación es como ir derramando las “fuentes” de nuestra vida por las calles, desperdiciando todo a nuestro paso (v. 16-17). Nos advierte que si olvidamos el “consejo” (v. 2, 12-13), entraremos en “cuerdas” de los cuales no nos libraremos fácilmente (v. 22) y sufriremos las consecuencias de nuestra “locura” por la “falta de corrección” (v. 23). Tengamos presente que “los caminos del hombre están ante los ojos de Jehová”, y Él nos juzgará si no le obedecemos (v. 21).

«Las palabras sensuales de una persona extraña pueden saber a miel, pero en su lujuria arrastra a las consecuencias amargas del pecado a aquel que las escucha»
Ministerio UMCD