“Indulto”
Salmos 79:9
“Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre;
Y líbranos, y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre.”
En los días de Acción de Gracias la tradición de millones de hogares americanos es el de comer durante la cena el casi infaltable pavo. Se estima que cerca del 88% de los hogares norteamericanos sirven en su cena pavo. Se calcula que 46 millones de pavos son consumidos durante la época de Acción de Gracias, más que en Navidad y la Pascua juntos (22 y 19 millones de pavos respectivamente).
Existe en Estados Unidos la tradición de otorgar un “perdón” o “indulto” a un pavo durante Acción de Gracias; el propósito es evitar que una de estas aves llegase a ser parte de la Cena de Thanksgiving en la Casa Presidencial. Desde 1947, y bajo el mandato de Harry Truman, se estableció esta tradición que se ofrecería el perdón de la vida a un pavo que generalmente es entregado como regalo por la Federación Nacional del Pavo.
La selección de dicho pavo tiene un curioso detalle. Los pavos son criados en la granja de quien es en ese año el presidente de la Federación. Son ubicados en un galpón especial que contiene condiciones de sonido alto, posan bajo cámaras fotográficas, son constantemente manipulados gentilmente y más; todo para ver cuál de ellos maneja de la mejor forma el estrés de ponerse frente al presidente y evitar que haga un “escándalo”. De 120 pavos criados de esta forma, 20 son seleccionados al final y un grupo de asesores de la Casa Blanca deciden cuál de ellos será el afortunado pavo que recibirá tan importante indulto. Al final, el perdonado pavo es enviado a diferentes lugares donde terminan sus vidas en forma libre.
Acción de Gracias es tiempo de dar gracias a Dios, pero no solamente por las bendiciones que nos ha dado cada año, sobre todo por el perdón de pecados que el ofrece a cada uno de aquellos que reciben con fe el indulto del castigo a causa del pecado. Dios, a diferencia de esta curiosa historia, no destina un solo hombre para ser librado cada año, al contrario, es ofrecido a todos. Pero si ofreció a Su propio y único Hijo, una vez y para siempre, para el perdón del hombre (Hebreos 9:12, 26; 10:10, 12).
Dios da a cada persona la oportunidad de llegar a Su presencia y pasar la eternidad junto a Él. Y aunque el perdón está ofrecido para cada uno de los hombres en la tierra, este perdón no llega a todos.
El Padre ya entregó a Su Hijo Jesucristo quien murió por nuestros pecados, Su sangre derramada y Su carne entregada en la Cruz fue el precio pagado por Dios para que nuestra culpa sea perdonada, y nuestra liberación del castigo sea otorgada. No necesitamos de un comité de selección para ser perdonados, pero si necesitamos que de nuestra propia voluntad solicitarlo; es por esto que no llega a todos, pues la salvación es recibida bajo petición personal e individual.
Los requisitos son sencillos, pero necesarios:
- Reconocer que somos pecadores y que nuestro castigo es el infierno por causa del pecado.
- Reconocer que Dios nos ama, y que en Su infinito amor entregó a su Hijo Jesús.
- Pedir perdón a Dios, pues nuestro pecado es nuestra grave ofensa a Dios, y la causa del sacrificio de Cristo.
- Aceptar por fe que Jesucristo murió por nosotros, y que no hay nada que nosotros podamos hacer para llegar al cielo, pues Cristo lo hizo todo al morir, Cristo ya pagó todo.
- Orar a Dios pidiendo perdón, agradeciendo por tan gran amor, y declarar con fe que Jesucristo murió y resucitó por usted personalmente, y que ahora quiere que Jesús lo salve de la condenación. Al final dar gracias a Dios por entregar a Jesús por nuestra salvación.
Ahora todo depende de usted. Dios le está otorgando el “indulto” real y eterno de la salvación. ¿Lo aceptará o rechazará? Dios quiere pasar la eternidad junto a usted, no hay nada más bello que aceptar tan increíble oportunidad. ¡Hoy es el día de su salvación!
«Dios, gracias por entregar a Tu Hijo Jesucristo, Quien murió por culpa de mis pecados. Gracias por ofrecerme el perdón, gracias por amarme tanto. Ahora sé que por mi Fe en Jesucristo y Su obra de salvación yo tengo vida eterna, me has otorgado el indulto, y ya no veré jamás la condenación del infierno. ¡Amén!»
Romanos 5:8
“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”