El gozo del padre

Proverbios 23.24 Anexo

Proverbios 23:22-25

“Oye a tu padre, a aquel que te engendró; Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies.
Compra la verdad, y no la vendas; La sabiduría, la enseñanza y la inteligencia.
Mucho se alegrará el padre del justo, Y el que engendra sabio se gozará con él.
Alégrense tu padre y tu madre, Y gócese la que te dio a luz.”

 

“David ya estaba próximo a morir, así que le dio estas instrucciones a su hijo Salomón: «Según el destino que a todos nos espera, pronto partiré de este mundo. ¡Cobra ánimo y pórtate como hombre! Cumple los mandatos del Señor tu Dios; sigue sus sendas y obedece sus decretos, mandamientos, leyes y preceptos, los cuales están escritos en la ley de Moisés. Así prosperarás en todo lo que hagas y por dondequiera que vayas, y el Señor cumplirá esta promesa que me hizo: “Si tus descendientes cuidan su conducta y me son fieles con toda el alma y de todo corazón, nunca faltará un sucesor tuyo en el trono de Israel”»” (1 R 2:1-4 NVI). Pero no solo esto expresó David a su hijo Salomón, sino que también oró al Señor intercediendo por la vida de su hijo (1 Cr 29:19).

 

La Biblia nos muestra que durante los primeros años Salomón escuchó atentamente el consejo de su padre, a tal punto que pidió con corazón sincero la ayuda de Dios para gobernar, y Él le respondió favorablemente dándole sabiduría, llegando a ser el más sabio de todos los hombres (1 R 3:6-15). Si el Rey David hubiera vivido hasta esos días, vaya que su alma se hubiera regocijado viendo a su hijo hacer el bien, pero al final de los días Salomón se apartó de Dios. Ese final hubiera traído gran tristeza al corazón de David, si él lo hubiera visto.

 

Una cosa es criar un hijo con prudencia, piedad y sabiduría; y otra muy distinta es que el hijo siga sabiamente los consejos del padre y llegue a ser hombre de bien. La responsabilidad siempre será al final individual para ambos; un hijo tampoco puede utilizar la excusa de no tener un buen padre para no hacer el bien que Dios espera que hiciera (Ez 18:4-20).

 

Cada hijo ganaríamos mucho si optáramos por una buena vida. El inicio de toda sabiduría es el temor a Dios (Pr 1:7). Poniendo en primer lugar a Dios en nuestras vidas lograremos encontrar una sabiduría que cambiará nuestra manera de vivir al cambiar nuestra manera de pensar (Ro. 12:2).

Proverbios 23.24 Color

Nuestra inteligencia y conocimiento para enfrentar la vida laboral se incrementará a medida que vayamos avanzando en nuestros estudios académicos. Sabio sería también reconocer las virtudes de nuestros padres y adoptarlas. Correcto es escuchar las enseñanzas que nuestros padres nos dan, pues ellos con experiencia, han acumulado conocimiento que difícilmente podría ser aprendido de otra manera, y lo que nos dicen siempre vendrá envuelto con su amor y deseo de una buena vida para nosotros.

 

Una gran manera de honrar a los padres es teniendo una vida buena ante Dios y los hombres, de esta manera ellos siempre se regocijarán al ver la buena vida de un gran hijo (Pr 23:24). Y honrando a nuestros padres terrenales, honramos también a nuestro Padre celestial.

 

«Padre, gracias por siempre hacer lo mejor para mi vida, quiero honrarte con todo lo que soy»

 

Proverbios 15:20

El hijo sabio alegra al padre; Mas el hombre necio menosprecia a su madre.”

Publicado por Ministerio UMCD | Un Momento Con Dios

Reflexiones Cristianas. Salmos 1:2 "Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche."

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