Juan 1:1-4, 14
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. […] Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”
La Biogénesis, o el origen de la vida, según la ciencia, es el proceso fundamental mediante el cual solamente los seres vivos producen otros seres vivos. Este principio declara que la vida solamente puede originarse de una vida preexistente. “Todos los organismos proceden de organismos del mismo tipo y nunca de materia inorgánica”.
Bajo este concepto, Louis Pasteur desecha la teoría dada sobre la generación espontánea que declaraba que el origen de la vida se puede dar a partir de una materia inerte. Este mismo principio actúa en contra del concepto mismo de la Teoría de la Evolución, que declara que todo nace de la nada, y que la materia inerte resultado de la explosión gigantesca, pudo, a través de los millones de años, generar vida.
La misma ciencia no puede aprobar algo que científicamente no puede ser comprobado, y que, al contrario, por la misma ciencia es rechazada. La Biogénesis contradice y rechaza la misma esencia de la Evolución.
La Biblia, sin el afán de comprobar nada, solamente enunciando verdades eternas, declara lo mismo que la Biogénesis asevera, con la diferencia que en las Escrituras se declara al mismo Autor de toda vida: A Dios en la Persona del Hijo (Gn 1:1; Jn 1:4; Col 1:15-17). Dios el Padre es el arquitecto magistral de todo el plan de la creación, pero es Jesucristo quien ejecutó el plan.
La Palabra de Dios, al ser la autoridad máxima de toda verdad (Jn 17:17), nos enseña desde Su primer versículo Quien creo todo lo existente (Gn 1:1), incluyendo la vida en todas sus formas (Gn 1:11-27). La Biogénesis solamente confirma científicamente lo que la Biblia ya declaró varios miles de años atrás con la revelación dada a Moisés.
Lo grandioso de la Segunda Persona de la Trinidad es que, a pesar de que el hombre había pecado, y por lo tanto enfrentaba una muerte espiritual eterna o condenación, y por ello, la separación también eterna de la presencia de su Creador; se somete al plan de redención del hombre y, siendo Dios, se hace Hombre, para que estando en la condición del hombre, pagar por los pecados (Fil 2:6-9; He 2:10).
La Biblia también nos enseña que el hombre, estando muerto espiritualmente en sus delitos y pecados, recibe vida espiritual nuevamente solo por medio de la fe en la obra Redentora del Dador de Vida: Jesús (Ef 2:1-5). Jesucristo no solamente nos creó, sino que vino a la Tierra para salvar lo que se había perdido a causa del pecado, para rescatarnos y darnos vida eterna, pues la vida está en el Hijo de Dios (1 Jn 5:11, 20).
¿Quiere tener vida eterna y conocer al Dador de vida? solamente está en aceptar que Jesús, siendo Dios, lo creó, pero también vino para salvarlo al morir en la cruz, y por medio de la fe en Él, usted podrá pasar eternamente ante Su presencia.
«Jesucristo, muchas gracias por crearme, pero no solo ello, sino venir y morir para salvarme»
Juan 5:24
“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.”