Humildes, sobrios y firmes en fe

Recordemos que el diablo no tiene potestad sobre nosotros, pues le pertenecemos a Dios, y Él nos guarda hasta el día de nuestra redención (1 Jn 5:18). Si somos probados, quiere decir es que somos hijos de Dios, y esa confianza alimenta mi esperanza de redención, entonces, fortalece mi fe (1 P 1:8, 9). El diablo ya fue derrotado, Dios es mayor que cualquiera, y nuestra fe en Cristo nos da la victoria en esta vida, y nos otorga la vida eterna (Ro 8:31-39). Esta confianza es la que me ayudará a mantenerme firme detrás de mi escudo, mi fe, resistiendo los embates del maligno.

Equipados para llegar

Dios nos ha capacitado, Dios nos ha prometido, Dios ha decidido cambiarnos; ahora nosotros debemos anhelarlo y trabajar en ello.

“Biogénesis”

Jesucristo no solamente nos creó, sino que vino a la Tierra para salvar lo que se había perdido a causa del pecado, para rescatarnos y darnos vida eterna, pues la vida está en el Hijo de Dios (1 Jn 5:11, 20).

No permita los «estorbos» (VIDA DE ORACIÓN XII)

Nuestras relaciones influyen directamente en nuestra relación con Dios, incluyendo nuestras oraciones. Nuestras relaciones “horizontales” afectan directamente nuestra relación “vertical” con el Señor, y viceversa; para nuestro bien o para nuestro mal.

En el Pecado

El pecado solamente trae destrucción y muerte, pero Dios siempre estará dispuesto a restaurarnos por medio de Cristo.

Pero si andamos en luz

“El pecado aleja al hombre de Dios y de su prójimo. Desbarata la vida y aumenta la confusión. En vez de paz, hay discordia; en vez de armonía, desorden; y en lugar de comunión, enemistad” (Kistemaker, S. J).

Un día todos “en Él” nos reuniremos

Un día Jesucristo vendrá a llevar a los creyentes en Él para que estemos ante Su presencia.

Fidelidad en Sus propósitos

El Creador del universo nos formó a Su imagen y semejanza, y todos venimos con un propósito.