Reconoce y adora Su misericordia

Nunca debemos olvidar que Dios es un Dios perdonador, Quien se enoja ante nuestro pecado, pero que está presto a perdonar y a restablecer Su relación con nosotros. Reconocer Su misericordia es motivo de adoración. Dios es bueno, justo, paciente, amoroso. Nosotros también podemos presentarnos a Él con manos limpias y postrarnos ante Su presencia y adorarle por Su eterna misericordia en favor nuestro. Si últimamente ha pecado y a pedido Su perdón, recuerde que Dios ya le perdonó, ahora adórele por Su misericordia.

“Borrón y cuenta nueva”

¿En algún momento se ha sentido desalentado por algún fracaso en su vida o algún pecado que trajo consigo un castigo y pérdida? Ese sentimiento de seguro fue terrible. Con ese evento pudo venir a su vida dolor, frustración, falta de autoestima, temor, desconfianza, enojo consigo mismo, etc. Son sentimientos muy fuertes que menoscaban nuestro ser llevándonos muchas veces a la depresión y el miedo.

No es para que lo lleve solo

La invitación de Cristo es para que traigamos nuestra tarea de enfrentar al pecado y nos pongamos a manera de “yugo” con Él para que podamos trabajar juntos.

Duras lecciones de vida

Muchas de estas lecciones de vida, aunque negativas y dolorosas, tienen el propósito de ayudarnos a crecer en prudencia y piedad; preparándonos para algo diferente, pero mejor.

Algunas características del mal

Lo único que puede restaurar nuestra maldad es una relación con Dios. Todo nace con reconocer nuestro pecado y arrepentirnos, llegar a ser salvos por fe para ser regenerados a una naturaleza espiritual (Ef. 2:1-5); y después de ser salvos y recibir el don del Espíritu Santo, lo que nos ayuda a cambiar nuestra maldad en piedad es esa relación constante con Dios, dependiendo del poder de Su Espíritu para hacerlo (2 Co. 3:18).

Hablemos del divorcio (Parte II)

El divorcio debe ser la última instancia en una relación matrimonial. El mantener el matrimonio debe ser el propósito de toda pareja, sobre todo entre los creyentes. Aunque exista un pecado sexual presente en la pareja, se debe buscar el perdón y restitución.

Hablemos del divorcio (Parte I)

Antes de que una pareja busque la separación, se debe tratar todas las posibilidades de restablecimiento del matrimonio. Podrán existir profundas heridas que quebranten la relación, pero nada que Dios, en Su voluntad, no pueda ayudar para que el matrimonio continúe tal como Él lo estableció.

Arrepentimiento, y plegaria pidiendo purificación – “TAÑENDO CUERDAS” AL SEÑOR (XVII)

No importa cuan grave sea nuestro pecado, la misericordia de Dios siempre obrará en favor nuestro para perdonarnos (1 Jn 1:9). Acérquese con confianza a buscar el perdón por medio de la obra redentora de Jesús (Hch 2:38; 10:43).