Ancla para el alma

La salvación del hombre halla su certeza en lo que Dios dice, y en Su compromiso de hacerlo. Para que usted pueda asegurarse de ello debe mirar la obra redentora de Cristo por su pecado, y por medio de la fe, creer en Él como su Salvador.

Sentido de pertenencia

Cuando Pablo defiende su justificación por la fe, expresa que desea conocer más de su “Señor”; había llegado a desarrollar esa relación tan íntima que le otorgaba valor y seguridad. Jesucristo desea que todos tengamos esa misma relación, y nos invita a desarrollar una diaria relación personal de amor (Ap 3:20). Gocemos más de nuestra posición en Cristo, disfrutándolo en intimidad con nuestro “Señor”.

Jesús descendió para cumplir la voluntad del Padre

Jesús nació en Belén, siendo hijo de David, cumplió la voluntad plena de Dios Padre. Celebramos navidad porque recordamos el nacimiento de Aquel que vino a la tierra, se hizo Hombre, y decidió cumplir con la buena voluntad de Dios que trajo favor al pecador.

Jesús vino para ser escuchado

Jesucristo vino como Profeta con poder trayendo el mensaje de Dios, las buenas nuevas de liberación (Mt 11:5; Lc 4:16-21), y es a Él a quien todo hombre debe poner atención y creer.

“Mi ausencia de la iglesia”

Si por alguna razón no está asistiendo regularmente pregúntese entonces cuánto está perdiendo por no ir; pero si asiste con frecuencia y propósito, no lo deje de hacer, y goce de la hermosa manifestación de Dios en medio de Su pueblo.

¿Por qué entonces tener miedo?

Si Dios le está llamando para realizar alguna tarea, solamente asegúrese que sea Él quien le está invitándolo a participar; y si es así, entonces camine con fe en pos de ese llamado celestial con confianza y valor. ¡Es de Él la obra!

Buscando Su dirección (VIDA DE ORACIÓN IX)

Es importante recordar que nuestras mejores decisiones siempre se darán cuando con corazón sincero busquemos la guía de Dios. Nuestro Padre amoroso siempre estará dispuesto a ayudarnos para que podamos conocer Su voluntad, no importa cuán sencilla pueda ser nuestra inquietud.

Perseverar hasta la devoción (VIDA DE ORACIÓN I)

Así como el atleta se ejercita por horas hasta que pueda dominar su actividad, nosotros debemos ejercitarnos con disciplina hasta que lleguemos a esa activa vida de intensa oración.