Agradezcamos al Señor por la vida de quienes sirven en Su reino como pastores y misioneros fieles. Sus vidas son de gran bendición para nuestras vidas, y son una muestra del poder de un Dios maravilloso que se gloría obrando en medio de vasos de barro que son instrumentos útiles para Su reino.
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Nuestra capacidad viene de Dios
Al mirar la obra de Dios, todos nosotros debemos recordar que de nosotros mismos no hay nada realmente útil que Él necesite para hacer Su obra. Lo cierto es que la obra no es hecha por el hombre, la obra es del Dios Todopoderoso, quien en Su providencia y buena voluntad decide utilizar a hombres para la tarea, pero que no requiere de ellos para hacerlo. Es en Su gracia que somos considerados para participar con Él.
Los dones son para edificación, no confusión
Dios es un Dios de orden, en todo lo que vemos de la creación podemos ver este patrón de su forma de actuar, y de esta misma manera Él espera que los creyentes vivamos ordenadamente, aún dentro de Su Iglesia. Lo que estaba pasando en la iglesia en Corinto era todo lo contrario, por esto Pablo escribe toda esta carta para corregir problemas, y uno de ellos era el mal uso del don de lenguas (1 Co. 14).
¿Existen lenguas angélicas?
La dependencia del Espíritu Santo, el uso de una buena hermenéutica nos ayuda a comprender bien los pasajes para poder comprender lo que Dios en Su Palabra nos ha revelado. Nuestra responsabilidad es conocer la Palabra de Dios y su enseñanza correctamente para poder trasmitirla apropiadamente.
Integración y unidad en la iglesia
El cuerpo de Cristo, conocida mejor como Su iglesia, tiene una diversidad de miembros (los creyentes) que apropiadamente encajan y funcionan como las partes del cuerpo humano; entonces todos nosotros debemos buscar la manera cómo cada uno encaja para poder servir para la edificación de la iglesia, y así ministrarnos para bendición los uno de los otros por medio de los dones recibidos (1 P. 4.10).
La ignorancia acerca de los dones
Aunque la palabra “ignoréis” significa literalmente desconocimiento, muchas veces los creyentes en forma voluntaria “ignoran” de los dones espirituales, no por falta de entendimiento que ellos existen, sino porque no les interesa saber sobre ellos ni llegan a conocer cuáles son los dones que cada uno tiene, y ese es un acto doloso, es decir, son culpables por omisión voluntario de acto.
De lo Suyo entregamos
Los misioneros, las nuevas obras, los diferentes ministerios en las iglesias, y el pago digno al pastor, todo requiere de recursos de Dios para ser usados para Su gloria. Nada es mío, ni suyo, ni nuestro, ni de ellos; todo le pertenece a Él.
Él quiere impartirnos su justicia
Jesús se presentó en el estrado de la corte celestial como culpable por nosotros, y en la cruz pagó por nuestro pecado con su vida derramando su sangre. Dios, en su voluntad, determinó que Jesús muera como “propiciación” por nosotros (Ro 3:25); es decir, la justicia y la santidad de Dios demandaba el pago de nuestras injusticias, y la sangre de Cristo calmó la ira santa de Dios.