Consideraciones antes de actuar

Nuestro mayor deseo al actuar como creyentes debe ser el buscar mi beneficio y el de otros, sin ser tropiezo o carga para los demás ni para mí mismo. Pero, sobre todo, debemos buscar que nuestro comportamiento traiga “gloria” a “Dios”, a quien adoramos y honramos con lo que hacemos en esta vida, y quien es digno de toda gloria.

¿Amor “fingido”?

Un amor sincero se expresa en la manera como comparto con el prójimo, en la magnitud de como pongo las otras personas primero antes que a mí mismo, en mi hospitalidad, bendiciendo y perdonando a quienes me hagan daño, gozando con quienes son bendecidos y llorando con aquellos que sufren (empatía). Es un amor humilde, que busca la unidad; busca la paz y no la venganza; que es generoso y obra siempre en pos de lo bueno.

Jesús descendió para cumplir la voluntad del Padre

Jesús nació en Belén, siendo hijo de David, cumplió la voluntad plena de Dios Padre. Celebramos navidad porque recordamos el nacimiento de Aquel que vino a la tierra, se hizo Hombre, y decidió cumplir con la buena voluntad de Dios que trajo favor al pecador.

¿A quién escoge usted?

El llamado de Josué es válido hoy: “Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis…” (Jos 24:15). Para servir a Dios con todo nuestro ser, el consejo dado a Israel es muy útil también para nosotros: “Quitad, pues, ahora los dioses ajenos que están entre vosotros, e inclinad vuestro corazón a Jehová Dios de Israel.” (Jos 24:23)

Debe ser sincero

Sea que tengamos que hablar o disciplinar al alguien, manifestemos ese amor sincero; mostremos nuestra real preocupación hacia los demás, y junto a ese amor conduzcamos nuestra reprensión o exhortación. La medida de nuestro amor se manifestará en la medida que buscamos el bien aborreciendo el mal.