Es de torpes hablar mal del prójimo

Una persona que “carece de entendimiento” en sí, más que solo falta de sabiduría, muestra también un poco de falta de buena voluntad para actuar apropiadamente, y por eso menosprecia a su “prójimo”. (v. 12a)

¿Hay alegría por la justicia?

Comprometámonos a actuar justamente siempre, no importa en donde estemos desarrollando nuestras actividades, seamos motivo de alegría y fuente de bendición para otros. Oremos por aquellos que obran bien en algún cargo público y demos gracias a Dios por ellos; y pidamos, para que aquellos que obren mal cambien su comportamiento o dejen su cargo para alguien piadoso que pueda bendecir a todos por sus buenas acciones.

El día que reinará la justicia

Como retaliación en contra del injusto, cuando llegue el día en que venga la justicia para el justo, todo lo que haga en mal en contra de su prójimo le vendrá sobre él, y ahora será el impío quien tenga que pagar por su maldad, y con ello vendrá la tribulación (v. 8). Dios tarde o temprano hará pagar al impío, sea aquí en esta vida o en la eternidad .

¿Cómo mira Dios al deshonesto?

La honestidad es la actitud del que no engaña o defrauda a nadie, menos se apropia de lo que es de otros. También se considera como la actitud de aquel que cumple escrupulosamente con su deber o función. Y, además, una persona honesta es aquella que respeta y cumple las normas de comportamiento social y moral presentes en una comunidad o sociedad.

El prudente es sabio de lengua

Existen varias características que se destacan fácilmente en la vida de una persona sabia, y una de ellas es el uso apropiado de lo que dice, es decir el uso de su “lengua” o “labios”.

No haga que su nombre sea desvalorizado

Todos miran nuestro caminar en la tierra, y lo que hagamos siempre dejara implicaciones buenas o malas, dependiendo que vida queramos vivir.

¿Cómo pasar del anonimato a la fama?

El llamado que recibimos a seguirlo y servirle es en todo sentido una obra de gracia, tal como lo fue la de nuestra salvación. Un derecho comprado por Cristo para nosotros, que debemos recibir con enorme gratitud y orgullo…

¿Está esperando su bendición hoy?

La vida junto al Señor está llena de bendiciones, el amor de nuestro Padre Dios es infinito y su fidelidad es incomparable (Sal. 36:5). Cuando una persona decide vivir para Dios en obediencia y entrega su voluntad a la de Él, entonces aprende a conocer que las bendiciones del Señor caen como lluvia constante sobre su vida.