Pero, entonces, ¿cómo mantener el rostro hermoso acompañado de un “corazón alegre”? La verdad es que la Biblia nos enseñas dos principios importantes: El Gozo y el Contentamiento. Aunque ambos parezcan ser similares, lo cierto es que sí tienen su diferencia, pero se complementan, y, sobre todo, el segundo es resultado del primero.
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¿Hay alegría por la justicia?
Comprometámonos a actuar justamente siempre, no importa en donde estemos desarrollando nuestras actividades, seamos motivo de alegría y fuente de bendición para otros. Oremos por aquellos que obran bien en algún cargo público y demos gracias a Dios por ellos; y pidamos, para que aquellos que obren mal cambien su comportamiento o dejen su cargo para alguien piadoso que pueda bendecir a todos por sus buenas acciones.
¿Cómo convertirse en gozo de los padres?
Si queremos honrar a nuestros padres y traer alegría a sus vidas aprendamos a ser sabios, prudentes, escuchemos el consejo, y tomemos decisiones sabias, que no solo les alegrará a ellos, sino que nos traerá muchas bendiciones a nuestra vida. El necio solo traerá desconsuelo.
¿Existirá el espíritu de la ira?
Se ha vuelto muy común escuchar a pastores de algunas iglesias hablar de que expulsan espíritus de ira, amargura, tristeza, pornografía y otros más; pero ¿será esto una práctica bíblica? ¿Será que los responsables de nuestros actos son los espíritus malvados? O ¿Será que nos hemos dejado llevar por falsas enseñanzas que, como tantas, buscan suavizar la carga de pecado de la que todos nosotros somos responsables?…
¡Enójate, pero…!
Suena raro considerar la ira como pecado en estos tiempos, donde parece normal que el ser humano viva en conflicto ¿verdad?, pero, como hijos de Dios somos llamados a vivir en paz con los demás gracias a que estamos en paz con Dios…
¿Por qué la ira me hace pecar?
El mayor riesgo que la ira representa es que nos desvía del propósito de darle la gloria a Dios y hace que otros pierdan su deseo de seguir a Cristo porque nos ven igual o peor de enfadados que aquellos que no son creyentes; afecta nuestra relación con Dios y limita la obra del Espíritu Santo en nosotros…
Verdades sobre la ira de Dios
A muchas personas les cuesta aceptar la ira de Dios porque prefieren verlo como un ser amoroso y misericordioso. Pero olvidan que su ira es resultado de su amor, así como de su santidad y justicia. Ella nunca es pecaminosa, sino buena, pues representa su odio y oposición constante ante toda clase de maldad (Muñoz, 2020).
La Biblia es muy clara en cuanto a la ira de Dios. Por ejemplo…
¡La vida con Dios es una fiesta!
Siéntete el más favorecido y adora a Dios, porque Él está volcado totalmente hacia ti, y se asegurará de que cumplas Su voluntad, que por cierto es buena, agradable y perfecta (Ro. 12.2).