El llamado que recibimos a seguirlo y servirle es en todo sentido una obra de gracia, tal como lo fue la de nuestra salvación. Un derecho comprado por Cristo para nosotros, que debemos recibir con enorme gratitud y orgullo…
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¿Está esperando su bendición hoy?
La vida junto al Señor está llena de bendiciones, el amor de nuestro Padre Dios es infinito y su fidelidad es incomparable (Sal. 36:5). Cuando una persona decide vivir para Dios en obediencia y entrega su voluntad a la de Él, entonces aprende a conocer que las bendiciones del Señor caen como lluvia constante sobre su vida.
Cuarenta años de cuidado
¿Cuándo fue la última vez que nos sentamos a la mesa y le dimos gracias al Señor por los alimentos que nos servimos en ese instante? Tal vez muchos podrán decir: «Lo hice recientemente, junto con los alimentos que me acabo de servir»; y eso es muy bueno. Ahora, ¿cuándo fue la última vez que le dio gracias al Señor por todos los alimentos que ha recibido durante este último año, o tal vez durante esta última década, o que tal toda su vida?
¡La vida con Dios es una fiesta!
Siéntete el más favorecido y adora a Dios, porque Él está volcado totalmente hacia ti, y se asegurará de que cumplas Su voluntad, que por cierto es buena, agradable y perfecta (Ro. 12.2).
Nuestras vidas necesitan ser pastoreadas
El descanso, la paz y la fortaleza están totalmente relacionadas con la guía y dirección que Dios, nuestro Pastor, le dé a nuestras vidas. Una oveja no puede ser pastoreada lejos de su pastor y no puede hallar los beneficios del cuidado siendo rebelde y alejándose de él.
No hay escasez
Tal vez Dios haya puesto en usted algo que necesita hacer, algo que deba dar; no mire lo que hay en su “tinaja” o en su “vasija”, mire a Dios, y deje que Él provea para lo que necesite; usted confíe y actúe, el Señor se encargará del resto. Solamente necesita confianza y acción.
Cómo atrapar a un mono
Dios quiere que confiemos en Él, que aprendamos que es nuestro Jehová-Jireh (Dios proveedor – Gn 22:14). Dios promete no desampararnos, ni dejarnos; sino que suplirá de acuerdo a nuestras necesidades en el momento exacto. Nuestra fe en Dios va a ser nuestra fuente de contentamiento, agradecimiento, y una vida sin avaricia; “de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador” (He 13:5, 6). Con fe, confiemos en las provisiones de nuestro Dios, Él siempre suplirá nuestras necesidades.
No es la cantidad, es el valor
«No es el monto de la ofrenda lo que más importa, sino el corazón (actitud, propósito) del dador» (Hendriksen, W.)