Nuestros pasos nos delatan

Nuestros pasos delatan nuestro temor a Dios o nuestro menosprecio a Él (v. 2). Como en el ejemplo de nuestra ilustración, la vida que decidimos seguir es la que declara si realmente queremos seguir a Dios en temor y reverencia, o si dejamos que nuestro pecado nos controle.

¿Cómo convertirse en gozo de los padres?

Si queremos honrar a nuestros padres y traer alegría a sus vidas aprendamos a ser sabios, prudentes, escuchemos el consejo, y tomemos decisiones sabias, que no solo les alegrará a ellos, sino que nos traerá muchas bendiciones a nuestra vida. El necio solo traerá desconsuelo.

Escucha y valora la instrucción de los padres

La actitud reverente y prudente del hijo es realmente apreciado, es una marca maravillosa que resalta en el carácter de los hijos y que es digno de alabanza de todos. Así que, la próxima vez que quiera el joven hacer algo, escuche a los padres, ponga atención a la instrucción, considere sabiamente lo que ellos tengan que decir con amor, y recordemos que el escucharlos es agradable ante Dios.

El inicio supremo para alcanzar sabiduría

“Todo el que quiera ser sabio debe empezar por obedecer a Dios. Pero la gente ignorante no quiere ser corregida ni llegar a ser sabia” (TLA). Leyendo esta otra traducción del versículo 7 de este pasaje llegamos a entender mejor lo que el autor de Proverbios quiere decirnos al darnos su máxima más importante: Hay un principio supremo para llegar a ser sabios, y es teniendo “temor a Jehová”.

¿Estamos realmente firmes?

Como creyentes, debemos ser prudentes y humildes. La prudencia nos ayudará a actuar apropiadamente, mientras que la humildad no recordará de que todos podemos caer. En cambio, la necedad nos hará actuar sin cordura, y el orgullo nos cegará haciéndonos creer que somos invencibles ante las tentaciones.

Aprendiendo de experiencia ajena

Al igual que Israel, todos los creyentes hemos sido liberados del pecado por la misericordiosa bondad del Señor. Por Su gracia hemos recibido lo que no merecíamos, y tenemos la seguridad de que estaremos en Su presencia el día que partamos de este mundo. Pero mientras ese día llegue, ¿por qué no vivir consagrados a Él?

¿Qué es lo que le depara el futuro?

Lo que le depara el futuro es obviamente resultado de una vida de obediencia o no.

En obedecer hay libertad

Es mejor escuchar con prontitud y mansedumbre para que con voluntad propia decidamos obedecer la Biblia, ahí seremos libres del pecado y sus consecuencias, por tanto, bienaventurados.