Dios estaba obrando con milagros que nunca más se han repetido en la historia con el propósito de cumplir con Sus planes, y aprovechando esta batalla, Él escuchó a Josué e hizo lo que le pidió. Eran los planes de Dios en los propósitos en favor de Josué e Israel.
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Ayudando desde Su trono el cumplimiento
Recordemos, Él está sentado en el trono mirando nuestra obediencia, y cuando decidimos cumplir, Él nos bendice con Su poderosa obra. ¿Quiere ver a Dios obrar con maravillas y señales poderosas? Salga, predique el evangelio, y verá como Él le ayuda “confirmando [Su] palabra”.
Restauración paulatina
Dios es soberano, poderoso y sabio, y cómo Él obre está bajo Su voluntad, y en esta verdad podemos descansar confiados. ¡Dios sabe lo que hace!
Guardémonos de las malas influencias
Un buen oído en la Palabra, una buena meditación de Ella, y una relación sólida con el Señor nos edifica, al tiempo que nos aleja de la influencia negativa de otros. Nosotros somos quienes decidimos que permitimos entrar en nuestra vida, por eso el Señor nos amonesta a guardarnos de “la levadura”.
La imprudencia de la provocación
Muchas veces nuestro corazón puede ser muy necio también a causa de la falta de fe, y eso puede afectar nuestra confianza en Dios, que podría afectar nuestra relación con Él. Como nos dice Su Palabra: “… sin fe es imposible agradar a Dios…”. (He. 11:6)
Tenían necesidad, pero del Señor
Hemos llegado tanto a ser tan autocomplacientes, que esperamos que primero Dios nos de para buscarlo, y si hay algo que requerimos, primero saciamos esa necesidad, y después lo seguimos. Pero si aprendiéramos de aquella multitud, anhelaríamos solo estar con Dios, y Él se encargaría de lo que crea necesario.
Atónitos ante Su obra
Hoy Dios sigue haciendo grandes milagros también, y Su poder sigue asombrando a quienes han sido testigos de Sus maravillas. Gente se sana de cáncer, se salva de accidentes de tránsito, etc.; y todo lo hace “bien”.
En la “sala de emergencia” del reino
Cuando vemos el pasaje de Marcos 6:53-56, vemos al Señor Jesucristo rodeado de gente que, con desesperación anhelaban tan siquiera tocar el borde de su manto. Muchos de los suyos los traían en camillas improvisadas, ya que no podían por sí mismo acercarse. Era su fe los que los movía a buscar a Jesús para ser sanados.