Dar con voluntad y disponibilidad

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2 Corintios 8:10-15

“Y en esto doy mi consejo; porque esto os conviene a vosotros, que comenzasteis antes, no sólo a hacerlo, sino también a quererlo, desde el año pasado. Ahora, pues, llevad también a cabo el hacerlo, para que como estuvisteis prontos a querer, así también lo estéis en cumplir conforme a lo que tengáis. Porque si primero hay la voluntad dispuesta, será acepta según lo que uno tiene, no según lo que no tiene. Porque no digo esto para que haya para otros holgura, y para vosotros estrechez, sino para que en este tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para que haya igualdad, como está escrito: El que recogió mucho, no tuvo más, y el que poco, no tuvo menos.”

  1. En este momento entra a dar un consejo sabio referente a cómo “dar”. Lo primero que les pide a los hermanos en Corinto es a dar de acuerdo con el deseo que ellos mismos habían tenido en ayudar a los hermanos en Jerusalén. Esta colecta ya había iniciado un buen tiempo atrás, y ellos se habían comprometido consigo mismos para hacerlo (v. 10-11).
  2. Esta ofrenda no había sido un compromiso hecho de una manera determinada con un monto específico, sino que debía ser dado “conforme” a lo que se tenía, y no conforme a lo que no se disponía (v. 11b-12).
  3. El valor de la ofrenda no estaba dado en el monto, pues cada uno daría conforme a sus posibilidades; el valor sí estaba en el buen deseo de ayudar a los hermanos. Un corazón dispuesto es lo que se mira detrás de la ofrenda hecha con amor. Un comentarista menciona que «lo que más interesa a Dios es la actitud de corazón del dador y no la cantidad que da» (J. MacArthur). Uno debe dar con buena disposición y considerando lo que sí puede dar, y no dando para provocar problemas financieros o “estrechez” en uno mismo (v. 12-13).
  4. Pablo no está planteando una comunidad socialista dentro de la iglesia, sino que está aconsejando que se dé de acuerdo con lo que se pueda dar, sin afectarse personalmente, pero sí con el deseo de ayudar en la medida de las posibilidades a cubrir las necesidades de otros (v. 14).
  5. Utilizando un ejemplo del A.T. les recuerda que, así como el maná fue recogido de acuerdo con las necesidades de cada familia, si eran muchos, mucho; si eran pocos, poco (Éx. 16:18); así cada uno debe dar en la medida de lo que tiene y puede, para evitar no tener menos y hacer daño a los suyos por dar a otros (v. 15).


En el principio de dar son varias las áreas que se deben considerar. No solo está el dar con generosidad y amor, sino que también se debe dar de acuerdo con las posibilidades propias de cada uno.

Cuando damos una ofrenda debemos dar con amor, como ya se vio en la lección anterior; al mismo tiempo se debe dar en fe, confiando en Dios para proveer, pero esta fe debe ser basado en lo que Dios nos guíe a hacer. Una fe bíblica siempre se basa en la guía de Dios, no en una esperanza basada en un simple anhelo nuestro. En otras palabras, debemos estar seguro de que lo que vayamos hacer es lo que Dios nos está pidiendo que hagamos, y no está basado en simple presunciones (Mt. 7:24-29). Es ahí donde nuestra relación íntima con Dios es vital para ayudarnos a comprender lo que Él espera de nosotros.

Si al momento de dar yo estoy limitando mis recursos poniendo en riesgo mi estabilidad financiera, o llegando al endeudamiento, entonces ahí debemos detenernos y mirar si lo que vamos a hacer es correcto o no. La libertad financiera debe ser siempre la meta del creyente, y si eso se ve afectado, entonces debemos evitar hacernos daño.

Por otro lado, yo debo ver si doy sabiendo que tengo lo suficiente para cubrir mis necesidades básicas. El poner en riesgo mi economía o la de mi familia no es correcto. Si algo se va a dar, sí se puede hacerlo en forma sacrificial, pero nunca en detrimento o perjuicio de lo que tengo y necesito para cubrir mis necesidades. El ejemplo de la recolección del maná dado por parte del Pablo es un principio bíblico fundamental para considerar nuestras acciones (2 Co. 8:15; Comp. Éx. 16:18).


«El dar bíblico está basado en el amor a Dios y al prójimo, así como en la fe y la prudencia financiera; lejos de un corazón avaro o codicioso, y sin perjudicar a nadie»

Ministerio UMCD

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Publicado por Ministerio UMCD | Un Momento Con Dios

Reflexiones Cristianas. Salmos 1:2 "Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche."

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