Proverbios 4:10-19
“Oye, hijo mío, y recibe mis razones, Y se te multiplicarán años de vida.
Por el camino de la sabiduría te he encaminado, Y por veredas derechas te he hecho andar.
Cuando anduvieres, no se estrecharán tus pasos, Y si corrieres, no tropezarás.
Retén el consejo, no lo dejes; Guárdalo, porque eso es tu vida.
No entres por la vereda de los impíos, Ni vayas por el camino de los malos.
Déjala, no pases por ella; Apártate de ella, pasa.
Porque no duermen ellos si no han hecho mal, Y pierden el sueño si no han hecho caer a alguno.
Porque comen pan de maldad, y beben vino de robos;
Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto.
El camino de los impíos es como la oscuridad; No saben en qué tropiezan.”
Si alguna vez a salido de caminata durante la madrugada de un nuevo día, sabrá que la luz provista por el sol no ha llegado a nuestro camino, por lo que nuestra capacidad de mirar nuestra senda es muy limitada, y aunque dispongamos de una lámpara o linterna, la iluminación es corta. Pero a medida que va saliendo el sol, los rayos de la aurora van dando una nueva perspectiva al camino, y ya no es el camino solamente el que se ilumina, sino el contorno. Ahora podemos ver más claramente los arbustos y árboles a nuestro alrededor. Los animales comienzan aparecer ante nuestros ojos. Nuestro caminar es más seguro, pues nuestros pasos no tropiezan fácilmente con los obstáculos que antes estaban ocultos por la oscuridad. De la misma manera es nuestro caminar con Dios.
Los que caminan en la oscuridad del pecado no se dan cuenta en donde tropiezan, puesto que para ellos no es visible su obstáculo. Su discernimiento espiritual está limitado por la falta de la luz de Dios en sus vidas. Ellos no pueden ver los peligros que se esconden a sus pasos, y las frecuentes caídas son el resultado de su falta de luz en su caminar. (Pr 4:19; Jn 11:10; 12:35)
Para aquellos que buscan y siguen a Dios, su discernimiento va en aumento. Así como la luz de la aurora va alejando las tinieblas de la noche hasta que el sol resplandeciente del mediodía da vida y visión de todo el entorno y de los peligros; el creyente, a medida que va creciendo espiritualmente, es iluminado por la Palabra de Dios (Sal 119:105), y se aleja del pecado, va obteniendo un discernimiento más amplio de los peligros. Mira aún los pequeños obstáculos de la vida y se aleja de ellos con facilidad, pues su capacidad de mirar es mejor. (Pr 4:18)
Mientras más cerca estemos de la luz de Dios más lejos estaremos de la oscuridad del pecado. Mientras mayor sea la luz en nuestra vida menores las posibilidades de caer. ¿Cuánta luz hay en su vida hoy? Si quiere caminar en luz, lo mejor que puede hacer es seguir a Jesús; y si le sigue, “no andará en tinieblas” (Jn 8:12).
«Señor, solo junto a Ti hallo luz para mi camino»
Efesios 5:13
“Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo.”