Intencionalmente en Su Palabra

¿Cuál es nuestra actitud cuando nosotros vamos a la Palabra de Dios? ¿Leemos simplemente con el propósito de cumplir un requisito, o ponemos mucha atención a lo que leemos para que la Biblia nos transforme? ¿Se produce adoración antes y después de la lectura de las Escrituras, o solo cerramos las páginas y seguimos nuestra cotidiana vida?

Siguiendo la guía de Dios

Nuestras vidas serán grandemente bendecidas y prosperadas si aprendemos de este principio vital en la vida de Nehemías. Su relación, dependencia y obediencia le llevó a tener éxito en todo lo que emprendía, y nuestras vidas también serán beneficiadas de estas características de este piadoso líder.

La infructuosa religiosidad

La religiosidad no salva al hombre, como muchos lo creen y enseñan, es la relación con Cristo lo que salva al hombre, y es ahí donde puede manifestarse los frutos de la nueva naturaleza, la espiritual.

Diálogos celestiales

Ante este singular evento, Pedro nos recuerda que, toda experiencia junto al Señor es única y maravillosa, pero que cada uno de nosotros podemos tener un “diálogo” con Dios más impactante al leer la Biblia, lo cual es lo más valioso, ya que fue inspirada por el Señor para nuestro provecho (2 P. 1:18-21). Tal vez no veremos una transfiguración como lo vieron los discípulos, pero podemos tener una conversación celestial con nuestro Dios cada día que nos acercamos a Su Palabra, y esa es una experiencia celestial que debe impactar nuestras vidas diariamente.

Oremos para celebrar

La Biblia no nos dice que fue lo que oró el Señor, pero es evidente que para Jesús tenía este ejercicio espiritual era muy importante. Podríamos conjeturar que dio gracias, o alabó al Padre, talvez pidió que lo sucedido deje fruto en la vida de todos los asistentes, o quizá, buscó dirección para saber que seguir haciendo, o todo ello junto; no lo sabemos, pero era claro que Jesús necesitaba orar.